Les dejo el cuestionario completo a raíz de esta nota en La Nación en ocasión de los 6 años del deceso del INDEC.
Depende de qué provincias se tomen, ya que algunas retiraron sus mediciones o comenzaron a dibujarlas para congraciarse con el gobierno. El promedio que nosotros usamos como referencia da una brecha cercana al 100%, es decir, en seis años, la inflación de las provincias duplicó la del IPC del INDEC.
¿Qué consecuencias negativas generó esta brecha?
Las consecuencias negativas las generó la inflación: alto costo financiero (en enero de 2007 teníamos el riesgo país de Brasil y a partir de la manipulación del IPC, percibida como default encubierto por los inversores, convergimos al de Venezuela); salida de capitales y corralito cambiario (por causa de la aceleración de la apreciación del peso y de las tasas de interés por debajo de la inflación); persistencia de la pobreza y la desigualdad a pesar del gasto social del gobierno (la inflación no sólo pega más sino que es más alta en hogares de bajos recursos); déficit fiscal por acumulación de subsidios para tapar la inflación (30% del IPC son precios de servicios subsidiados; sin éstos, la inflación sería aún más alta).
Las consecuencias negativas las generó la inflación: alto costo financiero (en enero de 2007 teníamos el riesgo país de Brasil y a partir de la manipulación del IPC, percibida como default encubierto por los inversores, convergimos al de Venezuela); salida de capitales y corralito cambiario (por causa de la aceleración de la apreciación del peso y de las tasas de interés por debajo de la inflación); persistencia de la pobreza y la desigualdad a pesar del gasto social del gobierno (la inflación no sólo pega más sino que es más alta en hogares de bajos recursos); déficit fiscal por acumulación de subsidios para tapar la inflación (30% del IPC son precios de servicios subsidiados; sin éstos, la inflación sería aún más alta).
La brecha, por su parte, sumó la imposibilidad de indexar a (de protegerese de) la inflación, contribuyendo a la desaparición de ahorros y préstamos en pesos a largo plazo, e imposibilitando un acuerdo de precios y salarios para el que se requiere una medición creíble de la inflación.
¿Qué caminos deberían tomarse para salir de esta situación?.
Esencialmente tres pasos secuenciales. Primero, desandar la intervención del INDEC, para contar con un nuevo IPC creíble que sirva de termómetro de la inflación. Segundo, desandar la desaparición del banco central como autoridad monetaria, para contar con un programa monetario consistente con un rango de inflación realista y confiable que sirva para alinear expectativas. Tercero, eliminar la indexación a la inflación, mediante un acuerdo de precios y salarios contingente a la evolución de la inflación futura (es decir, al rango del banco central), con cláusulas de ajuste que protejan los salarios en caso de que la inflación sea mayor a la esperada. Con esto, se podría recortar la inflación a la mitad en un par de años sin necesidad de un shock monetario o un ajuste en el nivel de actividad.
¿Crees que el Gobierno va a tomar alguna salida o atajo al respecto?
Me parce que ya se resignó a no ir en la dirección que propongo. Intentará en cambio contener salarios, pisar el tipo de cambio, mantener parte de los subsidios. En fin, lo que ha venido haciendo hasta ahora con éxito decreciente. Y seguirá justificando la inflación como el precio del crecimiento, a pesar de que el crecimiento ya no acompaña.
¿Cómo se puede recuperar la credibilidad del Indec?
Cuando te internás por un camino equivocado, la mejor solución es volver sobre tu pasos. Lo mismo en este caso: hay que recuperar a los funcionarios purgados, y la transparencia y el modus operandi previos a la intervención. Con esto en mano, hay que definir y comunicar la metodología de un nuevo indice de precios (por ejemplo, el IPC nacional tanta veces prometido). El resto, viene sólo con el tiempo y si se trabaja bien.
¿Qué pasa si se mantiene el status quo?
Lo más probable es que la inflación siga sesgándose paulatinamente hacia arriba, aunque contenida por un mercado laboral endeble y una menor demanda doméstica. En 2012 la inflación fue mayor a la de 2011 aun con un crecimiento muy modesto. Uno se ve tentado a pensar que estas situaciones desembocan en una crisis: repudio del peso, aceleración inflacionaria, descontento social. Pero la realidad puede ser mucho menos dramática: por ejemplo, tres años más de bajo crecimiento con alta inflación.
Esencialmente tres pasos secuenciales. Primero, desandar la intervención del INDEC, para contar con un nuevo IPC creíble que sirva de termómetro de la inflación. Segundo, desandar la desaparición del banco central como autoridad monetaria, para contar con un programa monetario consistente con un rango de inflación realista y confiable que sirva para alinear expectativas. Tercero, eliminar la indexación a la inflación, mediante un acuerdo de precios y salarios contingente a la evolución de la inflación futura (es decir, al rango del banco central), con cláusulas de ajuste que protejan los salarios en caso de que la inflación sea mayor a la esperada. Con esto, se podría recortar la inflación a la mitad en un par de años sin necesidad de un shock monetario o un ajuste en el nivel de actividad.
¿Crees que el Gobierno va a tomar alguna salida o atajo al respecto?
Me parce que ya se resignó a no ir en la dirección que propongo. Intentará en cambio contener salarios, pisar el tipo de cambio, mantener parte de los subsidios. En fin, lo que ha venido haciendo hasta ahora con éxito decreciente. Y seguirá justificando la inflación como el precio del crecimiento, a pesar de que el crecimiento ya no acompaña.
¿Cómo se puede recuperar la credibilidad del Indec?
Cuando te internás por un camino equivocado, la mejor solución es volver sobre tu pasos. Lo mismo en este caso: hay que recuperar a los funcionarios purgados, y la transparencia y el modus operandi previos a la intervención. Con esto en mano, hay que definir y comunicar la metodología de un nuevo indice de precios (por ejemplo, el IPC nacional tanta veces prometido). El resto, viene sólo con el tiempo y si se trabaja bien.
¿Qué pasa si se mantiene el status quo?
Lo más probable es que la inflación siga sesgándose paulatinamente hacia arriba, aunque contenida por un mercado laboral endeble y una menor demanda doméstica. En 2012 la inflación fue mayor a la de 2011 aun con un crecimiento muy modesto. Uno se ve tentado a pensar que estas situaciones desembocan en una crisis: repudio del peso, aceleración inflacionaria, descontento social. Pero la realidad puede ser mucho menos dramática: por ejemplo, tres años más de bajo crecimiento con alta inflación.
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