miércoles, 30 de junio de 2010

Economía aburrida

¿Por qué se ha vuelto tan aburrido hablar de la economía argentina? Puede que sea una percepción personal (¿cuál no lo es?), en estos días mundialistas que me encuentran en Madrid soportando la catártica exaltación del hincha español, y discurriendo sobre la crisis mundial y la globalización financiera –la misma que afecta a todos nuestros vecinos, pero parecería no hacer mella en la estrategia política argentina (la oficial y la de la oposición). Puede que, tras las olas que hace la cada vez más sesgada prensa local (y no sólo los “monopolios”: vale la pena comparar el tratamiento de los mismos temas por parte del Ámbito y el Cronista), la situación sea más sostenible (y, en el buen sentido, aburrida) de lo que parece. Puede que sea la crisis mundial y la bienvenida revaloración de la heterodoxia, que en nuestro pagos a veces muta en un interesado revisionismo terminal cercano al vale todo.

Mi hipótesis es otra.

No es la falta de temas y desafíos sino la inanidad de la discusión lo que genera el desinterés. Una inanidad que adquiere una característica particular: los temas del momento vienen siendo son los mismos desde hace un par de años (algo que la BEA, en su obsesión autoreferencial, representa a la perfección: “como ya lo había dicho aquí y aquí y aquí…”) y serán los mismos al menos hasta el cambio de gobierno.

La cada vez más desganada discusión macro seguirá elaborando sobre el INDEC y la inflación, el rol del Banco Central, el canje y el costo de financiamiento soberano, la involución de nuestros superavits gemelos, los perdedores y ganadores del modelo distribucionista de crecimiento con inflación, las bondades y maldades de la moderación del gasto, etc. –una discusión adicionalmente degradada por la creciente sospecha sobre los números oficiales, que introduce un frente de niebla en temas como la distribución y el empleo, la menguante competividad local, y el mismo crecimiento.

La discusión macro insistirá sobre estos temas pero, probablemente, no pasará nada. O lo que es peor, pasará otra cosa, en la medida en que la oposición se desmarque de supuestos consensos económicos y comience a privilegiar el oportunismo electoral –aun a costa de sí misma si llegara al gobierno– fruto de la ansiedad, a medida que pasen los minutos y la falta de gol los condene a los penales.

Por suerte está el fútbol. Por desgracia, no dura para siempre.

9 comentarios:

  1. ¿Considera parte del oportunismo económico de la oposición la medida del 82% móvil?
    Una perla discursiva: "algo que la BEA, en su obsesión autoreferencial, representa a la perfección"
    So True

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  2. A mi me parece que austed le aburre porque no se habla de lo que a usted le interesa.
    A mi me resulta interesantísimo porque se discute. La economía es economía política.
    Se ha dejado de repetir un canon monocorde que hacia de la ciencia un conjunto de creencias intencionadas adornadas con estadísticas y cuadritos.
    ¡Bienvenido!

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  3. Roland: Si.

    Julian: Me aburre que la discusion no se vea reflejada en una adaptacion evolutiva de las politicas. Personalmente, la economia solo me interesa como instrumento de transformacion, para el cafe con amigos suelo escoger otros temas (cuestion de gustos...) En cuanto a prescindir de los numeros, los numeros hacen a la ciencia. Por su parte, las "creencias intencionadas" estan mas cerca de la religion. Los cuadritos son generalmente parte del marketing. (Lo del canon monocorde no veo como liga al post, asi que te ahorro el comentario).

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  4. Me parece un error financiero básico calcular una desilusión por no ver ya instaurado un vivaz debate abierto entre quienes tienen la ambición de decidir además de prescribir usando como medida un estimado desgano sospechado.

    La influencia o indecisión ajena se mide en años: Krugman empezó a escribir en NYT en 2000 y 2.000 fueron los artículos de Samuelson (si los obituarios son ciertos además de bellos).

    Pero en meses el aburrimiento cesará, cuando se defina quiénes tendrán chances de suceder al actual equipo económico (donde la demagogia mendaz del 82% es un mal comienzo, pero un intento televisivo de cambiar lo que debe discutirse).

    Por mi parte, "usted me ha hecho descubrir a Stevenson" (como le dijeran a Borges, que no era un argentino profesional como Soriano).

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  5. Delfin, no me desilusiono por la falta de influencia (seria muy pretensioso si lo hiciera), solo me aburre la repeticion de argumentos y temas en un contexto en el que no espero demasiados cambios. Mas interesante seria pensar que escenario heredara el nuevo gobierno (de cualquier bando).

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  6. Disidencia: la acumulación de desequilibrios - precios relativos varios pero uno en particular - puede eventualmente disparar cambios. Mi apuesta es que en unos meses pasamos a "divertirnos" (enfatizo las comillas).

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  7. Lo autoreferencial de la BEA (y los blogs en general) responde tambien al modo en que los robots de los buscadores indexan las paginas. Mas links (aunque sean autoreferenciales) mejoran el posicionamiento web (wikipedia es el ejemplo paradigmatico).

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  8. Estoy haciendo una nota para la revista Apertura acerca de los blogs económicos que influyen en la agenda de los medios. Quería hacerles algunas preguntas para el artículo.
    Espero puedan responderme
    Saludos cordiales,

    Román Sáenz
    Revista Apertura
    romansaenzz@gmail.com

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  9. Es que una vez que entendés las cuentas nacionales (lo que lleva tiempo), la macro ES aburrida, porque no hay mucho más que aprender. Las discusiones teóricas siguen regurgitando controversias en las cuales la cita importa más que la lógica. Aunque abrigo una mínima esperanza en Behavioral, mi pronóstico es que la macroeconomía no va a encontrar nada divertido en los próximos mil milenios.

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