miércoles, 20 de febrero de 2013

Tasas Chinas 2.1: Esperando la crisis

Volvió Tasas Chinas. El audio de las dos mitades del programa, acá y acá.

Invitado: Martín Lousteau. Libro del día: Noches Azules, de Joan Didion.

Soundtrack: Múm, Zeppelin, Wolfgang Press, Patti Smith, Wilco.

Les dejo la introducción de la segunda temporada:

“Lo único que pregunto es si la crisis llegará antes o después de las elecciones”, se preguntaba (o me preguntaba) una lectora después de leer la última columna de Tasas Chinas en Perfil.

Lamento informarte, estimada lectora, que la crisis no llegará.

Por algún motivo que seguramente tiene raíces históricas, como casi todo en esta vida, vivimos esperando la definición. Un escenario en el que nada cambia, o en el que todo cambia de manera pausada, imperceptible, como en un estofado lento, es difícil de concebir, y ciertamente mucho más dificil de vender. Especialmente si este escenario intermedio, neurótico, está asociado, como casi todo en esta vida, al malestar y al deseo insatisfecho.

Tenemos una aversión natural a la medianía. Soñamos con un desenlace, un cierre, y la fantasía de la crisis es un cierre tan bueno como cualquier otro.

¿Rebotamos o colapsamos?

La desangelada intelectualidad oficialista apuesta al rebote de la mano de China, Brasil, la soja o Vaca Muerta. Le prende una vela a una virtuosa alineación de países y commodities mientras espera la muerte del capitalismo destituyente.

La intelectualidad opositora, por su parte, le prende una vela a la inflación y al dólar blue, esperando que las penurias económicas y el voto negativo hagan el trabajo por ellos. La analogía literaria de esta oposición estática (¿extática?) y expectante no es la espera de Beckett sino la de Buzzati: el capitán Drogo insistiendo con la rutina militar de la Fortaleza en el desierto, anticipando la invasión de los tártaros que nunca llega. La crisis que nunca llega.

Argentina no emerge ni se hunde: va a la deriva en un largo crepúsculo. El producto no cae pero sube menos que el 5% con el que se ilusionaban los economistas de Estado a principio de año. Indiferente a las necesidades mediáticas y políticas, la economía camina justo en el medio, entre el colapso y el milagro, entre los sueños de las viudas de la convertibilidad y las aspiraciones de los soldados de Cristina. La economía camina lento.

Cuesta imaginar esta deriva sin desenlace, pero es lo que hay. Probablemente nos esperen tres años más de inverosímiles discusiones sobre los orígenes de la inflación y las amenazas del neoliberalismo. Tres años de vehemente improvisación, de autocelebración y liturgia por cadena nacional. Tres años de gesta verborrágica y silenciosa claudicación. Tres años de enervante calma chicha.

Tres años de impotencia.

O tres años para pensar el futuro, para construir una alternativa que no huela a reciclaje.

Nada sucederá por sí sólo. La crisis no nos salvará. Hay que remar.

3 comentarios:

  1. Barbaro, anotado en el playlist...gracias.

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  2. Me encanta el programa!! Lamentablemente por causas laborales no lo puedo escuchar en directo, así que dependo de las grabaciones que uds suben tan amablemente.
    Solo me gustaría darles una idea. No sería mejor subirlo a Ivoox??... Se podría subir el archivo entero, sin hacer dos mitades. A parte me parece que está todo mucho más ordenado en ese sitio.

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  3. Eduardo, estoy estudiando Economìa en la UBA y me encanta su prosa y estilo para mezclar en una sinfonìa inusual la econòmico y lo onìrico.

    Saludos desde alguna parte.

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