Uno de los argumentos (a mi juicio, accesorio) de la intervención del INDEC fue la reducción de los pagos de la deuda pública indexada al CER. En relación a esto, les dejo algunos comentarios sobre el tema que incluímos en el segundo capítulo del libro "Vamos por todo".
¿Cuánto ahorró y cuánto perdió el Estado
dibujando la inflación? El cálculo del ahorro efectivamente percibido por el
gobierno a raíz de la subestimación del IPC es complicado porque parte de la
deuda indexada es con el propio estado (o sea que lo que deja de pagar por un
lado lo deja de cobrar por el otro). Y porque la mayor parte del ahorro no es
en el pago de intereses hoy, sino en el pago del capital mañana. Un mañana lejano e incierto.
Aquí cabe puntualizar que esta deuda consigo
mismo se incrementó con el tiempo, ya que una parte importante de los bonos
indexados a la inflación formaba parte de los fondos de pensión (administrados
por las AFJP) que fueron estatizados en octubre de 2008. En otras palabras, parte de
lo ahorrado por esta deuda se tradujo en menos dinero acumulado por los fondos
de pensión en un stock que en última instancia pasó a engrosar las arcas del
mismo gobierno. Más simple aún: lo que el gobierno pagó (y paga) por estos
bonos es dinero que se pagó (o paga) a sí mismo, cancelando sus efectos
fiscales.
¿Cuánto se dejó de
pagar? Esto, que a
primera vista puede sonar trivial (¿no es lo que se ahorró igual a lo que se
dejó de pagar?) lo es menos si tomamos en cuenta cómo funciona la indexación de
un bono. Veamos un ejemplo sencillo. Imaginemos que debemos 100 pesos indexados
por inflación (que se pagan, digamos en 10 años) con una tasa de interés del 5%
anual. Si la inflación de este año es 20%, a fin de año el capital indexado es
20% más alto: 120 pesos, y el bono paga el 5% de 120: 6 pesos. Si el INDEC, en
cambio, reporta una inflación del 10%, el capital a fin de año es de 110 y el
interés del 5% es algo menor: 5.5. ¿Cuánto deje de pagar por el recorte en la inflación? La diferencia en intereses pagados:
6 pesos menos 5.5 pesos, o sea apenas 0.5 pesos. ¿Cuánto ahorré? Mucho más. A la diferencia de intereses mencionada hay que
agregarle el ahorro en el
capital que debería pagar al vencimiento: 120 pesos menos 110 pesos = 10 pesos. Lo que llama la atención de este cálculo, más
allá del resultado final, es que, con bonos de maduración lenta como es el caso
de los bonos del canje de deuda de 2005, casi todo el ahorro es “devengado”, es
decir, se efectiviza en un futuro lejano beneficiando a un gobierno lejano. Así, si corregimos por el hecho de que
parte del ahorro es diferido en el tiempo, y que parte de lo que se dejó de
pagar a los fondos de pensión fue la contracara de un menor ingreso del Estado,
los beneficios fiscales de la manipulación del IPC percibidos en estos años son
relativamente pequeños. [1]
En cuanto a lo ahorrado en términos de la reducción del stock de deuda
indexada (el ahorro acumulado a ser percibido en el futuro) cualquier cómputo
sería especulativo ya que dependería del futuro de la intervención. Por
ejemplo, si algún gobierno desanduviera el camino iniciado en febrero de 2007 y
llevara el IPC a su verdadero
nivel, lo “ahorrado” con la manipulación en la capitalización del CER se
perdería, ya que el recorte de la inflación pasada sería de algún modo repuesto
al índice –una opción, vale aclarar, que parece a estas alturas improbable.[2]
En todo caso, el ahorro en pagos
del Tesoro no justifica
las pérdidas que el episodio del INDEC ocasionó a la economía: por ejemplo, la primera emisión de deuda post INDEC llegó a
pagar una tasa del 15% en la colocación directa al gobierno de Venezuela del Boden 15. Esto sin contar el sinnúmero de consecuencias socioeconómicas negativas
asociadas a la continua subestimación de la inflación y la destrucción de
información.
[1] La excepción a esta regla
fue el mencionado Bogar 18, que amortizaba mensualmente. Además, hay que decir que
en agosto de 2009 una fracción importante de bonos en pesos indexados por otros
denominados en pesos nominales (esto es, sin indexación). De este modo, el
ahorro devengado, asociado a la
reducción del capital, se tradujo en ahorro realizado
a través de una emisión menor de nuevos bonos, reduciendo a la vez el stock de
deuda licuable por la manipulación del INDEC.
[2] Más factible sería un nuevo índice (por ejemplo, el muchas veces anunciado y aún no implementado un IPC
nacional) asociado a una nueva canasta de bienes y servicios (medida no
sólo en el GBA como hasta ahora sino en los centros urbanos de todo el país)
que le permitiera al gobierno medir correctamente la inflación hacia adelante
sin modificar la inflación hacia atrás. Naturalmente,
un nuevo índice no evitaría el costo
político de transparentar el deterioro de indicadores sociales básicos
como pobreza e indigencia, asociados a un nivel en el precio de una canasta
básica que sería sensiblemente superior a la que reporta actualmente el INDEC.
Eduardo
ResponderEliminarHay otros bonos soberanos indexados por CER quehan estado amortizando parcialmente desde la destrucción del INDEC a hoy. El Boden 2014, el PRE9 y el PR12.
Saludos
Si, aunque son montos menores que no afectan al argumento.
EliminarHabrá que re-re-renegociar otro canje para arreglar el Indec. Al fin y al cabo, pareciera ser como que nada fue distinto a un común y largo concurso de quiebra cualquier PYME. El dueño ocultando ingresos y buscando testaferros para subsistir.
ResponderEliminarOjo, también están los cupones del PBI que pagaron bien.
Al subestimar la inflación se paga más por los bonos que están atados al PIB, esa es otra forma mediante la cual el Estado argentino pierde.
ResponderEliminarNo, el cupón paga contingente al crecimiento real pero en función del PIB nominal, que en 2007 y 2008 no fue sobreestimado (sí lo fue en 2009, pero el cupón no pagó).
Eliminarhttp://tropezonesycaidas.blogspot.com.ar/2013/06/juguemos-hacer-una-nota-la-bonelli.html
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