sábado, 23 de octubre de 2010

Mamá, amigos, tengo una TV color (o el ahorro de la familia argentina)



Si hay una queja que no tiene fronteras en relación al sistema bancario es la falta de financiamiento productivo. La queja tiene sus razones, aunque no necesariamente las que uno escucha cuando el tema se ataca desde una perspectiva local.

A nadie familiarizado con el negocio bancario se le escapa que el mismo ha sufrido una transformación estructural que lo ha llevado a especializarse en servicios de liquidez y financiamiento de la demanda (préstamos al consumo, hipotecas y otro productos securitizables), resignando algunas de sus funciones específicas (canalización de ahorros a proyectos de inversión, transformacíón de plazos), hoy a cargo de otros instrumentos (mercado de capitales, banca de desarrollo) o, en algunos casos, de nadie.


¿A qué se debe este giro en la composición del crédito? Razones comúnmente invocadas incluyen: (i) un sesgo a la consolidación bancaria implícito en las reglas de Basilea, (ii) innovación tecnológica que ha reducido el costo relativo de productos bancarios homogéneos y estandarizables, (iii) una mayor competencia bancaria, inducida por la homogeneización tecnológica, que ha contribuido a la mencionada consolidación y al cambio del modelo de negocio, de una banca de relaciones y nombres a un “arm´s length” banking basado en documentación, historia crediticia y scoring -todo lo cual ha favorecido el desarrollo de productos de fácil estandarización, a expensas de clientes que requieren un conocimiento específico y una relación personalizada. Por último, el avance del mercado de capitales sobre los clientes prime fue desplazando a los bancos a un modelo de servicios de liquidez (incluyendo créditos personales y por tarjetas) a clientes minoristas que al depositar en el mismo banco reducen los costoso de administración y el riesgo de crédito.

Este patrón es generalizado. Partiendo la cartera de préstamos al sector privado en préstamos comerciales (empresas) personales e hipotecarios, la historia que nos cuenta una muestra aleatoria de países avanzados y emergentes se ve así:



La sustitución de crédito corporativo es en este caso liderada (previsiblemente) por el crédito hipotecario. Los bancos financian así el ahorro en ladrillos, un componente esencial en la cartera de ahorros de las familias en países avanzados.

Si nos acercamos al barrio latinoamericano, el mismo gráfico se ve así:



Como se puede apreciar, aquí también, con el previsible rezago, se ha producido un desplazamiento del financiamiento de la inversión al financiamiento de la demanda. Pero con una diferencia crucial: ésta última toma la forma de créditos al consumo. Es que, desde el punto de vista del banco comercial, la capacidad de prestar a las familias está dada por su capacidad de endeudamiento, y en ausencia de un mercado hipotecario, ese espacio está siendo ocupado por el resto de los productos minoristas, en particular, tarjetas y créditos personales.

En otras palabras, mientras en el norte el cliente bancario ahorra en ladrillo, en el sur ahorran en automóviles, heladeras y LCDs.

¿Cómo se ve nuestro querido país según este prisma bancario? Pues no muy bien.



En países en desarrollo con alta precariedad laboral y redes de protección social limitadas y cambiantes sería recomendable una mayor tasa de ahorro (esto es, invirtiendo lo que no se gasta en activos que preserven su valor de cambio). Si bien es cierto que muchos ahorran en ladrillos sin siquiera acercase al banco, la figura anterior deja abierta la pregunta sobre la calidad del ahorro de la familia argentina, y de hasta qué punto la moda de apuntalar el crecimiento mediante el consumo apalancado conspira contra el bienestar futuro.

4 comentarios:

  1. Soy Arquitecto, y este es la clase de argumento que utilizo para asesorar y alentar a mis clientes. El ladrillo, y la compra de tierra en general, y mas en capital y el conurbano metropolitano (hablo de lo que conozco, pues me parece que el mismo fenómeno se esta dando en algunas áreas turísticas, pero lo expreso solo a modo de sensación), tienden a ser bienes escasos cada vez mas; y como tales poseen una alta rentabilidad y sostenibilidad del ahorro. Un desarrollador para el que trabaje hace cuatro años en la zona de Villa Urquiza, donde estaba por llegar el subte, me decía: "yo invierto en pesos, y vendo en dolares"....En verdad no se si invertía tanto; pues compraba el terreno, vendía desde el pozo, recuperaba la plata del valor del terreno- todo lo que había puesto al principio-, se quedaba con la administración del fideicomiso, trabajaba con la plata de los inversores a modo de préstamo bancario a tasa 0%, terminaba el edificio o PH, y retiraba la ganancia. Eduardo, sigamos a los tanos que tan mal no les ha ido por estos lares con el negocio. Gracias por ser tan ilustrativo en sus post. Saludos

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  2. Una de las conclusiones que leo en tus gráficos es que el crédito hipotecario requiere un marco de estabilidad macro que las economías latinoamericanas en general no tienen (y a lo sumo están empezando a tener). En 2001 antes de la crisis, argentina venía de una década de estabilidad (ok, con costos que poco después pagamos) y los créditos hipotecarios se parecían a los de la muestra amplia en términos relativos. Hoy en día, colapsaron al mismo tiempo que la inversión en ladrillos está en auge, mostrando que es un problema de oferta dado por la imprevisibilidad de la macro local (realmente, ¿quién invierte hoy, cuando en un año se pueden materializar hasta tres escenarios diferentes según quien gane las elecciones?).

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  3. Muy interesante. Pero en Argentina, como decis, gran parte del ahorro en ladrillos no pasa por los bancos. Con lo cual, se me ocurre que quiza la composicion del credito bancario sea mas un problema para los bancos que para la gente? No viste la pelicula "Rosalie goes shopping"?

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  4. .: El tano "invertia" unos pocos pesos pero no vendia en dolares sino en un mix de ambas monedas (la propiedad es uno de los pocos activos que correlaciona parcialmente con la inflacion en un pais sin activos financieros indexados). De ahi la apreciacion en dolares de la propiedades.

    Martin: De acuerdo con que hay un problema del lado de la oferta (la combinacion de inflacion cronica con una falta de instrumentos indexados). De hecho, se me ocurre que mucho del problema estructural de falta de acceso (que los ingresos no dan para pagar la cuota de la hipoteca) tiene que ver con el efecto de la inflacion sobre la duracion del credito (lo acorta, o lo que es lo mismo, incrementa la cuoto).

    Zapatos, no esyoy seguro que las operaciones extrabancarias reemplacen la ausencia del mercado hipotecario. Deberia mirar mejor los numeros (en principio, deberia cnseguirlos) pero me parece que los fideicomisos no representan un volumen comparable a un mercado hipotecario de pais latinoamericano. Creo que fue en "Rosalie..." que escuche por primera vez el chiste gringo de la deuda con el banco, pero no creo que las hipotecas tengan ese problema (de hecho, suelen ser los prestamos mas seguros durante las crisis...salvo que la crisis sea hipotecaria). Me parece, simplemente, que la inflacion y los plazos son demasiado restrictivos para el laburante promedio, y que al banco le resulta mas rentable colocar fondos entre sus clientes minoritas.

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