miércoles, 31 de agosto de 2011

Dólar alto y licuadora cambiaria: Un problema de identificación

Escribiendo una pieza altamente especulativa sobre la pesetización (la salida del euro de España) a pedido de unos distinguidos colegas y políticos de la madre patria, vuelvo sobre un tema que creía entender y que sólo ahora entiendo del todo: las salidas devaluatorias de las crisis tienen menos que ver con la competitividad (el argumento del dólar o el euro alto) que con la redistribución de la riqueza.

Ya hace unos años, en varios trabajos académicos junto con mi distinguido coautor Federico Sturzenegger habíamos llegado a la conclusión que el efecto expansivo de la intervención cambiaria (en particular, del miedo a apreciar: la compra de dólares para ralentar la apreciación del tipo de la moneda) no pasaba por un boom exportador o una barrera a las importaciones tanto como por un aumento del ahorro y la inversión en asociación con una menor participación del trabajo en la distribución funcional del ingreso (léase: salarios relativamente bajos).

lunes, 29 de agosto de 2011

Más exhausto que exhaustivo en AEDA

Tres contra uno en un panel de AEDA sobre todo (perspectivas, empleo, inclusión) pero sobre todo sobre el modelo, obsesión cristinista si las hay.

Sigo sin entender por qué un rescate de deudores (públicos y privados) parido entre reuniones de emergencia, que supo sacarnos del pozo de manera inelegante pero eficaz, debe ser el prototipo en base al cual construir una estrategia de desarrollo de economía emergente de salarios medios altos (algo para lo que no existen precedentes claros ni soluciones obvias).

Una distinguida colega prometió explicarme cómo y dónde se industrializa el país (mis números dan otra cosa pero, lego, espero ansioso ser desasnado) y qué cosas están pasando en este frente más allá de las exenciones fueguinas y las licencias no automáticas (LNA).

sábado, 27 de agosto de 2011

Comunista



Esta es más complicada. Editorial político de Lucio Dalla del año 90. En apariencia, prima musical de la Palombella Rossa de Moretti del 89 (año de la caída del muro de Berlín). Pero que adquiere un nuevo sentido con las tardías confesiones de Dalla, que vuelven a la canción un comentario involuntario sobre la teología de la liberación (o un significante vacío en donde un servidor proyectó lo que quiso durante veinte años).

viernes, 26 de agosto de 2011

Breve aritmética previsional

En los 90s, la privatización del sistema previsional fue un experimento de frontera en el mundo de las políticas públicas –de esos que suelen suscribirse en los países centrales y testearse en los países en desarrollo.

De todas sus presuntas virtudes (desarrollo del mercado de capitales doméstico, estímulo del ahorro/desaliento de la informalidad, eficiencia en la gestión), tal vez la principal fue poner coto a la acumulación de un pasivo público contingente: la necesidad de “ahorrar los aportes” en vez de sumarlos al presupuesto para fondear gasto. (El motto en inglés del sistema tradicional, pay as you go, bien podria parafrasearse en spend as you go para caracterizar la etapa en que la demografía bendice al sistema con un superávit corriente, agotada en todos los países desarrollados y en la mayoría de los emergentes).

Sin embargo, en la práctica, se sabe, un estado no ahorra por ley o decreto. (La acumulación de déficits procíclicos a pesar del “cerrojo” de la convertibilidad, o el fallido "déficit cero" de Cavallo son sólo dos ejemplos frescos del fracaso del voluntarismo fiscal). Lo mismo se aplicaría al ahorro inducido por el sistema de administradoras de fondos en varios países de Latinoamérica. Veamos.

¿Cuánto se ahorró con el sistema (o, invirtiendo la pregunta, cuánto se desahorra hoy en Argentina con la re estatización del sistema, en relación a lo que se habría ahorrado sin ella)?

La cuenta es relativamente simple, aunque cambiante con el período de referencia. Por ejemplo, en agosto de 2008, por cada 11 pesos de aporte previsional, 1 iba a las AFJPs como comisión, 6 se invertían en activos de deuda pública y el resto en títulos privados. Naturalmente, transferir fondos al presupuesto como ingreso (como se hace ahora) o juntarlos con una colocación de deuda a las AFJPs son caminos similares en términos de ahorro previsional: en ambos casos, los fondos se gastan, no se ahorran. De ahí que lo que realmente se ahorraba antes (y se deja de ahorrar ahora) sea bastante poco: 4 pesos (o poco más de un tercio) de los 11 controbuidos. De hecho, este “cociente de ahorro” supo ser aún más bajo: en los orígenes del sistema, cuando la comisiones eran sustancialmente más altas (como indica la figura de abajo, gentileza de Luciano Cohan).


¿Qué significa esto desde el punto de vista de la ecuación previsional? Esquemáticamente, mirando el vaso medio lleno, que el sistema previsional se descapitaliza hoy, de manera silenciosa, por un monto igual al que antes se ahorraba. Mirando el vaso medio lleno, que el sistema de capitalización evitó sólo parcialmente la acumulación de pasivos contingentes, ya que la mayor parte de las contribuciones fondearon gasto corriente (a través de la compra de deuda pública) o las utilidades de las AFJPs (a través de la comisión).

Por último, vale hacer notar que el gobierno, que antes sabía que podía colocar deuda por 55% de las contribuciones previsionales, hoy se lleva el 100%, ya que suma los fondos que se invertían en activos privados y las comisiones, que iban a engrosar las utilidades de las AFJPs, Pero con la salvedad de que, ahora, se ahorra la “documentación” de una deuda contingente (el hacer explícita la promesa de pago a los actuales contribuyentes), un detalle de transparencia que no fue premiado por los mercados, que castigaron el incremento de deuda pública pero no premiaron la correspondiente disminución de la deuda previsional contingente.

[¿Por qué esta injusticia de los mercados? En parte, porque la documentación del pasivo previsional elimina la posibilidad de diluir la deuda mediante una modificación de los beneficios o una extensión de la edad de jubilación (algo que la mayoría de los países con sistemas tradicionales ha hecho y seguirá haciendo para garantizar la sostenibilidad del sistema). De hecho, al fijar las deudas de los contribuyentes del presente, y dado que los recursos disponibles están dados, el sistema de capitalización resta recursos para honrar la deuda con los contribuyentes de mañana –una transferencia de discutible equidad. Tema para otro post.]

viernes, 19 de agosto de 2011

Sobre la dirección del viento (Meteorología económica)

En varias ocasiones sostuve que el viento de cola para la región acabó más o menos a fines del año pasado. En más de una ocasión, me han señalado que el precio de la soja por arriba de los 500 dólares la tonelada era prueba sumaria de mi error. Lo dudo.

Para empezar, cuando uno piensa en la relación entre términos de intercambio y crecimiento, piensa en cambios contra cambios: un aumento de los términos de intercambio (en particular, del precio de los commodities, más en particular, de la soja) se asocia a un aumento del PBI.

Por otro lado, los dólares sojeros no sólo trajeron alegría al campo y al gobierno sino que permitieron fnanciar el aumento de las importaciones en un contexto de exclusión de los mercados lo que les dio un valor adicional (estabilización de expectativas cambiarias y nominales) al mencionado en el párrafo anterior. De nuevo, fue el aumento en el precio lo que compensó la cuenta corriente.

Por último, no fueron sólo los commodities los que empujaron a la región: el viento de cola suele atribuirse también al crecimiento global (es decir, de la demanda externa de nuestros productos) y al exceso de liquidez mundial que en principio abarata el acceso al crédito. Aquí también el viento amainó: el spread soberano viene aumentando levemente, y la actividad mundial se ha desacelerado de manera marcada en los últimos meses (y lo hará aún más a futuro).


lunes, 15 de agosto de 2011

La gesta del modelo (Argentina, Brazil, Australia)

[Estuve hace poco en un desayudo de AEDA, en el que me pidieron que hablara de Argentina, como disparador de un intercambio informal sobre aspectos pasado y futuros del inefable modelo argentino. Como ejercicio de fijación de ideas, les dejo aquí una no tan breve síntesis de los expuesto.]

¿Qué pienso del “modelo argentino”? A mi juicio, es el fruto de la resignificación de una serie de medidas de emergencia con la que se buscó paliar los costos del abandono del modelo convertible 1991.

Parido en medio de la crisis cambiaria de 2001 (que, dolarización financiera mediante, derivó rápidamente en crisis bancaria y soberana), versionado tempranamente por el Grupo Productivo y remozado (y filtrado) por el tamiz político de Remes y Duhalde, la primera encarnación de este modelo accidental incluyó:

domingo, 14 de agosto de 2011

Fiesta



Editorial político de Joan Manoel Serrat a principios de los 70s.

(Rastreé este clip en los días de las fiestas del Bicentenario, pero el trasfondo de la canción original are distinto y no daba para elaborar. Así que vaya ahora como comentario a las elecciones generales 1.0 de hoy.)

viernes, 12 de agosto de 2011

El espejismo del fondo de liquidez regional

Es probable que Argentina y Brasil pasen a integrar en brev el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR), una suerte de cooperativa de dólares a la que varios países (hoy mayoritariamente andinos) aportan reservas de modo de poder pedir prestado en caso de estrechez. La expansión del FLAR es una buena noticia, pero dista mucho de solucionar el problema que le dio origen: la exposición a salidas pronunciadas de capitales y depreciaciones bruscas.

En los papeles, el FLAR permitiría "diversificar" el riesgo. Imaginemos dos países idénticos, con el objetivo de mantener reservas líquidas por 100 dólares. Si la salida de capitales en estos países no se dan simultáneamente, entonces bastará conque cada uno ponga 50 para tener 100 disponibles en caso de que alguno lo necesite. Así, al agruparse, cada país debería acumular la mitad de las reservas que necesitaría si lo hiciera de manera individual. (La tabla 2 de este trabajo detalla el proceso de pooling en el FLAR y en su símil asiático, la Chiang Mai Initiative o CMI).

domingo, 7 de agosto de 2011

¿De qué vive la familia argentina?

Confieso que me cuesta interpretar los siguientes gráficos (cortesía del invaluable Luciano Cohan), ante la falta de referencias históricas (la EPH, fuente de los gráficos, comenzó a realizar estas preguntas sólo en 2003) y geográficas (no tengo series comparables en otros países de la región).

Pero una primera aproximación indicaría que el porcentaje de hogares que vive del trabajo de alguno de sus integrantes subió hasta el 2007 (de la mano, presumo, del crecimiento del empleo, medido como % de la población) y descendió desde entonces (¿de la mano del amesetamiento del empleo?).

Awareness test (o cómo votamos lo que votamos)

sábado, 6 de agosto de 2011

Los delgados

Ya que estamos, va botón de muestra de la otra descolgada referencia musical en mi impromptu radiofónico de ayer: The Delgados.

Rotas flores etíopes

Para aquéllos que me escucharon ayer pasar de hablar de la crisis mundial al jazz etíope de fines de los 60s (ante el silencio perplejo de Zlotowiazda) le dejo el link a la colección Etiopiques, que resume la diversidad del movimiento musical de Addis Adeba antes del golpe contra Selassie, y un clip del gran Mulato Astatké que musicalizó al gran Bill Murray en Broken Flowers.

viernes, 5 de agosto de 2011

Recesión, inflación, licuación

[Reproduzco completa la entrevista epistolar que aparece hoy en El Cronista. Sobre las bondades de la licuación inflacionaria espero volver más adelante con algo más sustancioso.]

¿Qué escenario están ponderando los mercados, que cayeron estrepitosamente hoy, sobre la economía global?

martes, 2 de agosto de 2011

Lie to me (apuntes para una campaña electoral)


Me comenta un distinguido colega y amigo que Durán Barba (repentina celebridad local) recomendó, primero a Macri y luego a Del Sel, no mencionar programas ni propuestas, y concentrarse en cuestiones de imagen. Me cuenta que cuando el ex Midachi sugirió mostrar un libro blanco con diagnósticos y programas que sus equipos técnicos habían preparado para la campaña, le dijo: llevalo, ponelo sobre la mesa, pero no lo abras.

Mi amigo me confía, no sin un dejo de admiración, las bases científicas del pensamiento del gurú. Por ejemplo, me cuenta que Durán Barba le cuenta que un experimento en EEUU mostró a votantes de diversos estados pares de fotografías de candidatos de otros estados y les preguntó, sin más datos, por quién votarían. Y que en el 90% de los casos las respuestas coincidieron con los resultados electorales. Me cuenta que le cuenta que la mayor parte de una elección se decide a nivel de imagen y que, de esa imagen, una parte esencial está determinada por lo que llama infraexpresiones, pequeñas señas que, como un inadvertido jugador de poker, el candidato lanza al expresarse frente a una cámara, y que generan simpatía o recelo en el futuro votante. Moraleja: concentrémonos en buscar y perfeccionar una buena cara, y dejemos el think tank para cuando toque gobernar.