miércoles, 1 de febrero de 2012

Maldito cupón

Me envía un distinguido periodista gringo una pieza que acaba de escribir para Bloomberg donde expertos locales de diverso calibre evalúan la performance del cupón atado al PBI que emitiera Argentina como parte del canje de deuda de 2005, y que ahora podrían estar estudiando una engendro similar (¡Dios no lo permita!)

Para los que lean la nota (en inglés), van aquí dos comentarios (a mi juicio) bastante simples:

1. El cupón fue una de esas decisiones que se ven bien en papel cuando uno pasa por alto las características más pedestres de la industria financiera, pero suelen ser un fiasco en la práctica (debido, precisamente,. a estas características). Asimismo, en el afán de customizarlo para servir varios propósitos, sufrió por una suerte de "sobrediseño" (demasiadas condiciones en base a parámetros no siempre correlacionados), que hizo virtualmente imposible su valuación técnica. Si sumamos esta dificultad a la naturaleza por demás exótica de la especie (sin ningún correlato con otros riesgos típicamente transados en el mercado y sin una clase de activos y una base inversora natural) se entiende que este instrumento que, al momento de su emisión tenía un valor técnico de 4 centavos por bono asociado fuera pagado por el mercado cerca de 2 centavos. En otras palabras, el gobierno perdió (el inversor ganó) la diferencia en el día 0 (antes del milagro chino y del milagro argentino). En este sentido, no es que el gobierno haya subestimado su valor, sino que intentó forzar un activo en un mercado reacio a tomarlo, con un costo fiscal no menor. (En cuanto a la intención de dar la señal de que se "asociaba" con los bonistas en las buenas y en las malas, por todo lo conmovedora que pueda ser esta imagen, creo que no amerita una discusión técnica.)

2. En cambio, el hecho de que, después de emitido, el bono haya pagado más de lo previsto (el argumento preferido de sus detractores) represente un error de juicio bastante primario. pagar más en las buenas no deja de ser parte de las reglas naturales de todo instrumento contingente diseñado para minimizar el impacto de estos pagos (por ejemplo, dejando de pagar en años malos, como sucedió en 2009). Echarle en cara al gobierno que al final se haya pagado más porque se creció más es como echarle en cara al seguro que gane dinero con la prima porque no chocamos. Entendible desde un punto psicológico, pero a distancia de un argumento económico.

8 comentarios:

  1. Vamos a los hechos Ely:
    1)¿conviene mantenerlo?
    2)¿hasta cuando? ¿fin 2012?
    3)¿seguirá apreciándose?

    Lindo el post y la "critica" pero nos importan los números, como buen "fenicio"...
    Sdos.

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  2. Muy interesante... ahora ¿cuánto de más pagó el bono atado al PBI por la sobreestimación del crecimiento "made in Moreno"?
    El día que alguien se digne a relizar la cuenta más de un Nac&Pop se va a sentir un poco.... decepcionado.

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  3. Hola Ely, buena nota. Hace poco leí otra de S. Campos en ITF (http://www.itf.org.ar/pdf/lecturas/lectura33.pdf) que planteaba algo similar sobre un aspecto que me resulta interesantísimo: la racionalidad limitada de los agentes de mercado. En sociología económica es recurrente la crítica al supuesto de la racionalidad universal en términos teóricos, pero son contados los casos donde el análisis se ilustra con datos empíricos.
    Por lo visto y leído en diferentes ocasiones, lo del cupón del PBI aparece como un lindo caso de estudio para analizar cómo y bajo qué criterios toman decisiones los actores económicos (evidentemente alternativos a la postulada racionalidad universal). El hecho de que se trate de actores financieros, en principio los más "asépticos", lo hace más interesante aún.
    Saludos,
    Pablo

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    1. En este caso es menos cuestión de racionalidad que de restricciones técnicas y operativas. Muchos inversores que trabajan el dinero de los demás siguen reglas precisas sobre que pueden transar (para limitar el problema de riesgo moral de timbear la guita ajena). Esto implica la presencia de benchmarks y clases de activos, y la tendencia a replicar a los demás (para no tener que explicar por qué les fue peor que al resto) que a veces se riñe con la maximización del retorno. En ese contexto, activos exóticos (raros) como el cupón (o los papeles en CER que ya no reflejan la apreciación real sino los caprichos del gobierno) son inclasificable y por eso pierden patrocinio de los inversores. A su vez, esta pérdida reduce su liquidez, lo que agrega otro obstáculo (el gestor no quiere perder dinero si tiene que venderlos en una corrida y no hay compradores). Todo esto el mercado se lo cobra con una prima que excede el mero riesgo de crédito o de moneda.

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  4. Es decir, más allá de lo que dice Nielsen, se "recibieron" 2 a cambio de 48 "bastante probables" a pagar en algún momento hasta 2035.
    Pero más flagrante error fue indexar (de ahí el indek) luego de una megadevaluación! La ley de un solo precio y el sentido común dicen que si los precios se desvían violentamente de los internacionales, eventualmente revierten a la media. Ambas decisiones se entienden bajo un escenario muy pesimista sobre las perspectivas de la Argentina en aquel momento. Sin embargo, si este era el escenario base, y si sumamos la deuda adicional creada por compensación de pesificación asimétrica, el servicio de la deuda seguía siendo enorme y nos dirigíamos a otro default.
    Bottom line: Argentina quedó como "Ladronia"....pero adonde está la gran quita? No era mejor un "plain vanilla" restructuring "a la Uruguay"?
    Habría que preguntarles a Barclays, UBS y ML que fueron los asesores.

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    1. A cambio de 4, no de 48 (que es el límite a la ganancia contingente en un período mucha más largo). Por otro lado, el cupón no fue sugerencia de los bancos (que de hecho recomendaron no usarlo) sino de la gente del Ministerio de Economía (de ahí que aún lo defiendan).

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  5. Por un momento pensé que hablaban de los cupones de descuento y de las ofertas en Buenos Aires. Jajaja. Tengo que prestar más atención!!

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