sábado, 8 de enero de 2011

De la distribución del ingreso a la distribución de la riqueza (el ahorro de la familia argentina, redux)

¿Puede un modelo de redistribución progresiva del ingreso llevar a una redistribución regresiva de la riqueza?

Pensemos un ejemplo simple. Imaginemos un mundo compuesto por capitalistas y trabajadores, en el que el gobierno favorece un modelo de crecimiento basado en la demanda interna mediante un incremento del gasto social, subsidios a los servicios, tasas de interés artificialmente bajas, y otras transferencias de ingreso que generan un boom de consumo privado a expensas de un recalentamiento inflacionario de la economía.


Imaginemos también que, en ausencia de activos de ahorro indexados, y en presencia de tasas de interés real negativas, la inflación estimula el ahorro en bienes, pero que el patrón de oferta de crédito (poco hipotecario, mucho de consumo de durables), unido a otras obvias indivisibilidades (para comprar una casa hace falta ahorrar muchos más tiempo que para comprar un LCD) llevan a que el ahorro potencial de los trabajadores se "invierta" en autos, heladeras, LCDs, etc., todos instrumentos de valor declinante en el tiempo.

Como consecuencia de esto, uno esperaría que los mayores ingresos del trabajador acabarían en parte alimentando la riqueza relativa del capitalista (el productor de autos, heladeras, LCDs). En otras palabras, en ausencia de instrumentos de ahorro genuino, la redistribución progresiva de los flujos (ingresos) podría abonar una redistribución regresiva (o, en todo caso, pro capitalista) de los stocks (riqueza).

En un post reciente, sugería que algo así podría inferirse (al menos en relación a nuestros vecinos) a juzgar por la composición del crédito: un mayor ahorro en LCDs a expensas del ahorro en ladrillos. Como bien marcaba uno de los comentaristas, el crédito es una medida muy imperfecta de las decisiones de ahorro de las familias. Desgraciadamente, no existen estadísticas sobre ahorro por hogar para discutir la distribución de la riqueza con los datos apropiados.

Pero algo se puede avanzar. (Los gráficos, me apuro a destacar, fueron pergeñados con la siempre invalorable ayuda de Luciano Cohan.)

Por ejemplo, si mi hipótesis es correcta, uno esperaría que, ceteris paribus, el porcentaje de hogares que son dueños de sus casas declinara. La EPH nos permite extraer este "cociente de propiedad de la vivienda" por decil de ingresos y a lo largo del tiempo. Se ve más o menos asi (el salto en 2003 se debe a un cambio metodológico):



A primera vista parecería que efectivamente el cociente de dueños viene cayendo. Recordemos que este cociente es asimilable a un stock: se mueve lento. Si pudiéramos estimar el porcentaje de nuevos hogares que terminan adquiriendo su casa, el cociente sería, imagino, bastante más alto.

Sin embargo, no es obvio que sean los hogares de menores ingresos los principales perjudicados -al menos a juzgar por notas como ésta, que sugieren que el efecto LCD afectaría fundamentalmente a la clase media alta. Despué de todo, los trabajadores del ejemplo engloban la mayor parte del espectro de ingresos (gerentes, trabajadores agremiados, cuentapropistas, informales, etc).

Esta presunción se ve convalidada al analizar por decil de ingreso la distribución de esta involución del cociente de dueños. En efecto, es en los deciles más altos (los de mayor ingreso) donde la retracción del cociente ha sido mayor:



(De paso: ¿70% de los hogares más pobres son dueños de su vivienda? Confieso que me sorprendieron por lo altos, pero los resultados son consistentes con los del último censo y, tratándose de la EPH, deberíamos creerles. Ciertamente se trata en muchos casos de viviendas precarias...



...pero no deja de ser un dato alentador.)

Naturalmente, estos datos son el resultados de cambios en la oferta y la demanda. Por ejemplo, podría especularse que la caída en el cociente de propiedad se debió a un aumento en la búsqueda de vivienda propia (por ejemplo si, por una inversión del fenómeno mammone, la mamma le diera un ultimatum al hijo de treinta años para que se busque un lugar propio). Del mismo modo en que el desempleo puede aumentar porqwue aumenta la población activa, la tasa de dueños puede disminuir porque aumentan los hohagres independientes.

Pero una mirada al tamaño de hogar promedio no justifica la caída del cociente. De hecho, los hogares de ingresos por encima de la media no modificaron sustancialmente su tamaño promedio:



Entonces, ¿puede un modelo de redistribución progresiva del ingreso llevar a una redistribución regresiva de la riqueza?

La respuesta en el caso argentino es más compleja. Por un lado, parecería que la evolución pro consumo del crédito bancario es consistente no sólo con la evidencia anecdótica sino también con los datos de la EPH: los hogares ahorran menos en ladrillos que en los 90s (y, a juzgar por la enanización del ahorro bancario y la aprensión natural que los activos financieros suelen despertar en el inversor promedio, probablemente tampoco ahorran mucho en otros instrumentos).

Pero es la clase media la que parece más afectada en este sentido, en parte porque es la única con alguna capacidad de ahorro y en parte porque (conswcuencia de lo anterior) es la que tiene acceso al crédito de consumo.

Todo lo cual parecería sugerir que los ahorros de los hogares argentinos durante esta bonanza de crecimiento terminarán acumulándose en menos manos.

10 comentarios:

  1. Eduardo, Leyendo la primera parte de esta nota me acordaba del post anterior que linkeas. Si el "modelo" se sustenta en el boom agroexportador, y el productor agropecuario tiene pocos instrumentos para ahorrar (tras el colapso del sistema financiero por el corralito-corralón), entonces se vuelca al ladrillo. Esto sube el precio de las propiedades, aleja a los trabajadores de las mismas (aumento fuerte de la relación precio/alquiler), y lleva a estos a "ahorrar" en durables depreciables.

    O sea que a tu explicación le agregaría el factor campo para entender la razón primaria del desvío del ahorro de la clase media de los ladrillos a los autos.

    Saludos,

    martín

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  2. Martin: Efectivamente, hay una suerte de enfermedad holandesa inmobiliaria, que suele ser estrudiada bajo otros nombres. Por ejemplo, el aumento de la popularidad de una ciudad puede inducir una vuelta de las clases medias al centro y un corrimiento de la linea de calidad que expulsa gente de los ex barrios humildes. Dos veces me toco ver esto en los EEUU, en Nueva York (Manhattan y Brooklyn) y en Washington DC (la compresion de la llamada inner city). Del mismo modo, la afluencia de inversores especulativos extranjeros o el ahorro en ladrillos del capital terrasteniente concentrado generan un efecto precio que condena al resto al alquiler (que en estos casos suele volverse proporcionalmente muy barato).

    Pero, son las propiedades demasiado caras para el comun de los mortales, o es la ausencia de credito la que cierra las puertas? Es la propiedad mas cara (prorcionalmente al salario) en Argentina que en los paises limitrofes? Hasta que punto las altas cuotas hipotecarias reflejan el precio de la vivienda y el hecho de que la inflacion acorta la "duration" del credito y aumenta el riesgo (y por ende la cuota)? Como cambiaria la ecuacion de contar con una estructura subsidiada (securitizadora que distribuye el riesgo como en Colombia, Caja de la Vivienda con la que el Tesoro absorve el riesgo como en Brasil, etc)?

    En fin, son todos aspectos relevantes de un problema, el del acceso a la vivienda, que es sumamente complejo y, en nuestro caso, merece mas investigacion de la disponible.

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  3. ELY, gran post, coincido con la visión de Martín con respecto al factor "campo"
    Por otra parte la propiedad imagino que debe ser igual de cara acá que en el resto de los países limítrofes y obviamente es mucho más cara en relación al salario que lo que era, por ejemplo, en los 90's.

    La solución o parte de un sistema financiero más profundo que permita canalizar los ahorros en algo diferente a ladrillos (aunque dsp de las AFJP lo veo difícil) o bien desde alguna iniciativa estatal.

    Dicha iniciativa debería partir lógicamente de moderar la inflación (o sincerarla y luego moderarla) para darle a los bancos (meros intermediarios) la posibilidad de brindar crédito con mayor duration y luego apuntalarlos con algún mix de medidas similares a Brasil, Colombia, et al.

    Saludos,

    Rodrigo

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  4. Muy buen post ELY.

    Solo queria comentar algo que siempre me hace un poco de ruido cuando se habla de credito en gral, hipotecario en particular, en nuestro pais.

    Si bien esta claro nuestro sistema financiero es muy pequeño. Se suele decir que hay escasez de creditos o cosas similares. Lo que em hace ruido es la siguiente situacion:

    Yo tengo un contrato de alquiler de 2 años (con precios diferenciales para el 1º y 2º año) que, sin contar expensas, totaliza $ 50.000. Supongamos que renuevo 3 veces este contrato (para la cuestion no importa que seria mayor el monto porque parte del precio del 2do año). En total, sin contar expensas, yo pagaria 200.000 en 8 años.

    Ahora bien, si voy un banco a averiguar sobre creditos hipotecarios seguramente encuentre oferta, en varios. El punto es la calificacion, el acceso. Yo voy a pagar $ 200.000 en 8 años, pero no califico para un credito de, por ej, $ 120.000 en 20 años. Y eso que todos los ingresos que tengo son en blanco y demostrables.

    Vos que sabes muchisimo de economia monetaria y relacionados. Tenes alguna idea de como se solucionaria este problema???

    Abrazo

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  5. Hola a todos!

    Me gusta mucho el tema. Yo estaba pensando que la falta de acceso a la vivienda se debe en parte en un salario en dólares bajo respecto del precio de la vivienda, que limita bastante el acceso a las clases medias-bajas, muy conectado con el fenómeno de "enfermedad holandesa" que comentaban mas arriba.

    Además, existe un problema con los "collaterals" que un deudor puede ofrecer. En particular creo que en un pais con la volatilidad macro (nominal y real) como la que exhibio Argentina los ingresos actuales no "predicen" bien la capacidad de pago futura de los deudores, desde el objetivo del sistema bancario, lo que redunda en que se exijan mayores ingresos para otorgar créditos a largo plazo. La garantías hipotecarias demostraron ser de dificil ejecución en episodios de crisis macro, como lo demostro la experiencia de 2001-2002.

    Respecto de la distribución de la riqueza, coincido que se observa un sesgo pro-capitalista en el crecimiento luego de la salida de la convertibilidad, parcialmente revertido luego.

    saludos

    Jorge

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  6. Se sobreestima el efecto "campo", para eso solo habría que comprara el % de la PBI de la construcción, con el del sector agroexportador extensivo(que no debe pasar del 6 o 7).
    Para mí el boom de precios es por efecto "plata en el colchón". Después del corralito los ahorristas se volcaron al ladrillo, y dejaron los bancos de lado.

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  7. Gracias a todos por los comentarios. Para no redundar, déjenme sólo señalar que me parece (como seimpre) es demasiodo complejo para explicarlo con un solo factor. Por ejemplo, el efecto campo (y el dinero en el colchón, que no es sino una variación del efecto campo: ahorros en busca de instrumentos parcialmente indexados a la inflación; y el dinero de los brasileros que derrama a nuestras costas por arbitraje) pueden haber jugado un rol en cierto tramo del mercado, del mismo modo que la falta de créditos (en rigor, el encarecimiento del crédito por inflación, inperfecta indexación, e incentivos varios). El primero eleva los precios y derrama sobre el resto de las viviendas, el segundo eleva el cociente cuota- salario (para un dado valor de la vivienda).

    ¿Pero realmente cuánto más caras son la propiedades aquí que en Chile o en Uruguay? ¿Cuánto más bajos los salarios? ¿Y por qué con tasas cortas por el piso el crédito inmobiliario termina siendo tan caro? Mi impresión es que con un esquema de incentivos que asegure bien diseñado (por ejemplo, un seguro que cubriera al banco de los riesgo de cola más que uno que garantizara la ganancia del banco en cualquier situación) debería reducirse bastante el efecto cuota. Hace algún tiempo (en las jornadas de BCRA, cuando aún me invitaban a decir lo mío) propuse la creación de un seguro contra la inflación. Entonces tenía sentido, ahora sin IPC sería necesario atarlo a otra variable (tasa) pero el criterio sería similar. Pero éste es sólo un ejemplo del tipo de ingeniería que podría subsanar el factor financiero. El otro, naturalmente, sería una baja en la inflación esperada, que llevara a la gente del campo o del colchón a invertir en el sistema financiero en vez de alimentar una mini burbuja en Pto Madero.

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  8. Mariano, yo creo que el efecto "colchón" bien puede estar explicado (en parte, claro) por el efecto "campo".

    El sector del agro debe ser uno de los que más liquidez tuvieron desde el 2003 para acá (período donde los precios de las propiedades comenzaron a aumentar).

    Saludos

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  9. Es insignificante frente a la liquidez previa, los depósitos en dólares del corralito, etc.
    El flujo de fondos del campo podría haber sido incluso negativo, si metemos en la balanza la cantidad de dinero del otro sector que fue invertido en los pooles desde 2003.
    Desde hace años hay disponibilidad ilimitada de fondos para cualquier proyecto rentable y de corta inmovilización (más de 30 de TIR, o posibilidad de entrar y salir en corto plazo). Lo que falta son negocios, capitalistas sobran.
    Mi cuñado tiene empresa constructora y se especializa en negocios de construcción y venta en el pozo. El 90% de los fondos es de ahorristas financieros medianos y pequeños. Me refiero a la Capital o la costa, seguro que en Rosario o Rio Cuarto es diferente.

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  10. Mariano, convengamos que tu muestra tampoco es significativa pero como no tengo datos para discutirte creo.

    Me parece que el factor de la recuperación del agro no explica todo el fenómeno pero creo que tampoco se puede negar que algo de incidencia debe haber tenido. Probablemente en la capital sea como decís vos y más hacia la zona "core" quizás los capitalistas tengan otra procedencia.

    Un abrazo

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