Si bien no hay una definición única de desarrollo económico, es posible evaluar las condiciones para el crecimiento estable con equidad mediante algunos indicadores esenciales. Esto es precisamente lo que intentamos hacer con el Brookings Graduation Scorecard, un ranking de economías emergentes basado en cuatro criterios clave: crecimiento, solidez financiera, calidad de las políticas y otros factores de desarrollo.
El score de crecimiento incluye dos variables: promedio del PBI dividido por su desvío estándar, y un stress test: la caída del crecimiento en 2009, año de la crisis, en relación al promedio pre-crisis (1999-2007). La solidez financiera se mide en función del cociente de deuda, las necesidades financieras netas sobre el superávit externo, y el spread soberano. Las políticas se evalúan con la inflación ajustada por riesgo, y promedio móvil de cinco años del balance primario fiscal ajustado por ciclo. Por último, el desarrollo cubre el coeficiente de desigualdad de Gini, el índice de desarrollo humano de la ONU, y los indicadores institucionales del Banco Mundial.