Primero, como siempre en un debate, hay que definir. Ortodoxia (que etimológicamente significa la opinión correcta) denota en la práctica la doctrina o ideología sostenida por la mayoría. Es, por lo tanto, un concepto algo circular. (Y molesto para el heterodoxo que, con el éxito, se vuelve ortodoxo.) En ciencias sociales como la economía, sin embargo, la variedad de temas y enfoques es tal que resulta difícil establecer las mayorías.
Tal vez para abreviar las cosas (o por un sesgo propio disfrazado de neutralidad) en mi clases suelo definir la ortodoxia macroeconómica como el corpus de ideas defendido por el FMI. Esta definición es menos circular que la anterior pero no carece de problemas a la hora de ensañarse con los ortodoxos. Por ejemplo, en Argentina en 2001, por razones ajenas al interés nacional, el FMI no defendía el ajuste de Cavallo, al que veía contraproducente, sino que exigía una devaluación con restructuración de deuda. En la reciente crisis global, la rama francesa del FMI (DSK y su economista jefe, Olivier Blanchard) debatieron con la escuela de Chicago sosteniendo la necesidad del estímulo fiscal y monetario, e incluso postulando las ventajas de un techo de inflación unos puntos más alto que el típico en el mundo desarrollado (digamos, pasando de 2% a 4%) y de una política cambiaria activa. Y en la crisis de Letonia, el FMI participó a regañadientes en un programa draconiano de ajuste que consideraba inaplicable, obligado por uno de sus accionistas principales, la Unión Europea. Del mismo modo, en Grecia ofició de fachada para un ajuste que fue dictado (y financiado) en su mayor parte por Alemania. Nadie duda en España que la reducción de 5% de los salarios públicos fue una orden telefónica de Merkel a Zapatero durante el fin de semana en el que se cocinó el Fondo de Estabilización Europeo. En todo caso, la definición de ortodoxia es cambiante (y, valga el juego de palabras, heterogénea aun dentro del FMI, donde conviven ideologías como capas geológicas).
¿Cómo definir la heterodoxia en este marco? Una buena excusa para la falsa erudición la provee Ortega y Gasset (pensador "ortodoxo" si los hay) que identificaba la ortodoxia con las creencias y la heterodoxia con las ideas. En esta imperfecta definición, el heterodoxo es (para usar un gringuismo) el que "piensa fuera de la caja", contradiciendo el saber convencional allí donde éste le hace ruido o deja de aplicarse a la realidad.
Esta definición tiene la virtud (para el heterodoxo) de que aunque el ortodoxo un día quede en minoría y se convierta en una suerte de rinoceronte, nunca será heterodoxo si no aporta nada nuevo.
Pero tiene otra virtud no menos importante, que afecta específicamente a un grupo de autoproclamados heterodoxos, que más que traer ideas nuevas al debate resucitan ideas viejas a las que la larga ausencia y los propios desplazamientos de la ortodoxia bendicen con un aire de efímera novedad. A éste grupo podriamos llamar hipoxos, en la medida en que en ellos la endogamia y la falta de oxigenación han atrofiado el desarrollo y adaptación de antiguas ideas que en su momento fueron heterodoxas (y, en muchos casos, ortodoxas), y que hoy son simplemente viejas.
Una característica de esta hipoxia en su versión académica es la preferencia por la exégesis de textos, más propia de la filosofía, por sobre el análisis transversal de temas. (Algo de esto me tocó vivir hace veinte años al estudiar psicología en la UBA, donde se discutían las ventajas comparativas de distintas traducciones de Freud y las diferencias entre instinto y pulsión -fijación literaria que en una disciplina eminentemente clínica resultaba al menos curiosa). Por ejemplo, el hipoxo propone estudiar religiosamente a los clásicos (Ricardo, Smith, Marx) en lugar de estudiar política monetaria y fiscal, como si en algún resquicio de aquellos meritorios textos se encontrara la verdad sobre cuestiones que, en algunos casos, ni siquiera formaban parte de la realidad en la que sus autores basaban sus ideas, y que siglos de análisis económico (en parte basado en aquellos meritorios textos) no han logrado desentrañar. Algo así como estudiar la teoría de la relatividad leyendo a Einstein.
Existe también una versión extrema de la hipoxia que, por falta de mejor término, podríamos denominar fiaca. Involucra a los economistas que encuentran en los pecados ortodoxos la excusa para no leer la nueva producción académica ni mirar de cerca los datos de la realidad, y que se contentan con relatarla como una construcción axiomática o, en variante minimalista, como una proposición por oposición: tirar a la basura el paradigma neoclásico y neoliberal para reemplazarlo por un nuevo marco teórico (que nunca se precisa pero que se insinúa está esbozado en la obra de John Maynard), o modificar la estructura productiva y el perfil de especialización evitando la revaluación de la moneda (sin más detalles sobre cómo detener la apreciación real o vigorizar una industria no sólo protegida sino fuertemente subsidiada).
Slogans.
Los fiacas, al hablarle más al lego más que al iniciado, se permiten tomar licencias retóricas, inventar antagonismos inexistentes y prescindir de la realidad. Por ejemplo, pueden justificar la inflación rechazando vehementemente un ajuste recesivo que casi nadie propone (y que, como señalé hace tiempo, es innecesario); atacar una independencia de objetivos del banco central que no figura en ningún manual; invocar una salida "keynesiana" de la crisis (que, lejos de ser heterodoxa, fue entronizada por el G20 en su reunión de Londres en 2009) para defender el gasto electoral de ingresos y ahorros aún en momentos de bonanza; y retomar un hiperactivismo monetario (basado en la creencia de que las tasas bajas y la inflación reducirán permanentemente el desempleo) que fue la regla en el mundo avanzado hasta mediados de los 80s, y que hoy sólo mejora los indicadores sociales mediante la tergiverzación de la inflación con la que se los estima (en este sentido perverso, sí es cierto que la política monetaria mejora la equidad).
Naturalmente, por definición, siempre habrá más ortodoxos que heterodoxos. Lo que, al menos en el debate económico nacional, resulta inquietante es que parecería haber muchos más hipoxos que heterodoxos -y muchos, muchos fiacas que no paran de relatar un partido que sólo se juega en su propia construcción fantasmática (perdón, en su cabeza).
Usted es a los economistas K lo que Sarlo a Carta Abierta.
ResponderEliminarEl análisis es interesante. Ahora bien, no puedo dejar de sentir, al finalizar la lectura, que no dijo nada, que jugo con mi tiempo y mi intelecto. Creo que los lectores esperabamos algo más.
ResponderEliminarConstruir un monstruo y pararse al lado puede hacer ver a mucha gente bella, croe que los críticos de la ortodoxia hacen eso. Al mismo tiempo usted se queda en un relato superficial, meramente descriptivo que no constituye aporte alguno y, probablemente, esconda una defensa perversa de políticas que han hecho mucho daño.
yo no sé a qué lectores se refiere, señor Ramiro. En mi caso particular, en este post encuentro desarrollada de manera impecable una idea que ha estado dando vueltas en mi cabeza por largo tiempo, pero que no sabía cómo traducir en un razonamiento coherente.
ResponderEliminarde todas maneras, tanto hipoxos como fiacas son inofensivos en el largo plazo. Es verdad que el el voluntarismo que nos domina y la ignorancia del periodista promedio hacen que en los últimos tiempos esta gente haya ganado espacio en los medios de comunicación. Sin embargo, el destino de esta gente es el olvido y algún sueldito de hambre en oscuras dependencias públicas o universidades de tercer nivel...
Ramiro, entiendo lo que decís, y hasta algún punto lo comparto, pero para lo que vos planteás este post tendría que ser casi un libro.
ResponderEliminarTambién creo que para ir más allá de lo descriptivo, están muchos otros posts del blog que marcan concordancias, diferencias, riesgos y beneficios de las políticas diversas.
Por otra parte, entiendo que al post como una respuesta irónica y refinada a lo dicho en algunas jornadas estos días.
muy interesante ELY.
saludos
Eduardo faltaron los nombres, yo se que mandar al frente es feo, pero tirar la piedra y esconder la mano (o sugerir) no esta bueno tampoco...
ResponderEliminarEsa creo que es una gran virtud de 678... por increíble que suene, rescato que los locos acusen a alguien de algo con nombre y apellido, no como Luis Majul sugiriendo que "algún jefe camionero" hizo "algo" por Kirchner.
Gran aporte pese a este detalle, Fede.
Fede, es bastante obvio que el disparador del artículo son las Jornadas Monetarias del BCRA (y especulo que principalmente la intervención de Axel Kicillof). Cualquier lector informado puede deducirlo.
ResponderEliminarDe todas formas, creo se puede aplicar a gran parte de los auto-denominados heterodoxos que andan pululando.
Es brillante y está excelentemente escrito y articulado.
Eduardo, supongo que en algún punto (o varios) te referís a Axel Kicillof, ese gran exponente de la Escuela de la "hiperhipoxia" en nuestro país.
ResponderEliminarSaludos,
martín
Hola Eduardo.
ResponderEliminarNo se si leíste la teoría general o el capital completos. Creo que no, porque si no entenderías por que alguien podría querer hacer una "exégesis", como decis despectivamente de estas lecturas, al igual que sobre Ricardo y Smith. Estos libros tienen una interpretación completa de la economía, sin hacer la división micro y macro. Y los heterodoxos serios confrontan luego esas explicaciones unas con otras.
Leí el capital habiendo leído ya a sargent,obstfeld, rogoff woodford, gali, y debo decir que Marx tiene mas que decir en su tercer tomo, el cual el mismo no llego a revisar, sobre la crisis actual o la de la convertibilidad que esos manuales.
Incluso hay una comprensión mas acabada de los sistemas de dinero fiduciario y de la diferencia entre dinero y crédito, lo cual apenas comprende la ortodoxia.
En fin, no seas tan pedante y lee miles de paginas de historia del pensamiento porque hay realmente cosas que la ortodoxia retraso un siglo. Y si no queres leerías, para lo cual estas en todo tu derecho, por favor no critiques de esta forma porque no serias mas que el otro lado de la misma moneda que aquel quien criticas
No parece muy correcto definir ortodoxia por la opinión correcta, ni aún apelando a la etimología, en cuyo caso más valdría hacerlo como la opinión verdadera o la recta opinión. Claro que con eso, de todas formas, lo que hacemos es un anacronismo. Sólo que útil; incluso, si siguiendolo nos remontamos a la antiguedad clásica, su noción casi esbozada de lo que es la realidad es muy heterodoxa, por cierto. Pero su argumentación es notable, y para nada apunta en esa dirección, sino que apela al tradicional argumento 'contra el hombre' (no conozco los pormenores, como sí parecen hacerlo los comentaristas, sólo lo digo por su concepto de hipoxia). Justamente, es un recurso eminentemente económico: descalicando su contraparte se ahorra referir a la realidad. La pregunta es, pues, dado que ha aceptado las condiciones del debate propuestas por él ¿quién correrá con ventaja bajo las misma?
ResponderEliminarSaludos
Buen post, y buena charla también la que diste el miércoles sobre perspectivas 2012-2015. Estaría muy bueno que escribas un post sobre la misma.
ResponderEliminarAhora algunos comentarios sobre este post: Un Economista no es un ideólogo. Sin embargo, un Licenciado, Master o Phd si puede serlo. Es decir, haber estudiado economía no implica ser un economista. En Argentina los que se recibieron de economía tienen miedo de ser “políticamente incorrectos”, al igual que el resto de los mortales. Y aunque sea una contradicción en sus términos, los “heterodoxos” son mucho más numerosos. Lo anormal en Argentina es no ser heterodoxo.
Recomiendo un reciente post del economista “ortodoxo” Jorge Avila, donde habla sobre Boudou. http://www.jorgeavilaopina.com/
Para algo sobre Kicillof, los invito a pasar por mi blog . www.lamaquinasedetiene.blogspot.com
saludos
Haha, sólo un comment sobre la parte de datos: por un momento yo me emocioné, al principio, cuando contra todas las expectativas tiró unos ppt de series largas de indicadores macro. Muy bueno !
ResponderEliminarDespués, sí, todo lo de siempre de Keynes, etc etc. Pero lo del principio fue un buen augurio... a ver si a medida que pasa el tiempo, aparece más de eso !
Muy bueno, Eduardo.
ResponderEliminarExcelente, Eduardo. Cierra una idea con un razonamiento coherente y bien conexo que me fue surgiendo a partir de escuchar a tantos economistas "heterodoxos" y de ver a 678 y su falta de oxigenación, inventando antagonismos, rechazando ajustes no propuestos, etc.
ResponderEliminarUn saludo grande y bienvenido a la UBA.
Mateo.
Kuno, ¿por qué decir que un economista no es un ideólogo, si es eso justamente lo que es? Entiénsase lo que es, no debe ser. Lo interesante, de todos modos, es que no puede ser otra cosa. Este artículo demuestra perfectamente cómo se produce esto, y no solo para los 'otros', los que "resucitan ideas viejas", que no leen por "fiaca", que usan "slogans", que inventan antagonismos, prescinden de la realidad, que no paran de relatar un partido que solo se juega en su cabeza (esto es interesante: si solo se juega en su cabeza ¿porqué debtir, porqué escribir un post, por qué tanto? no lo sé), sino en general.
ResponderEliminarInteresante el artículo, apunta a la siempre difícil definición de la orto/heterodoxia.
ResponderEliminarPero debo mencionar que al principio se "corre" sutilmente el objeto de estudio desde las ideas a los actores, lo cual abre otra dimensión del análisis que complejiza a la primera definición -pragmática-, ortodoxia = FMI.
Es decir, como humilde y constructiva sugerencia para incorporar en tus clases, estaría bueno aclarar si lo ortodoxo refiere al FMI, a las ideas / políticas que promueve, o a ambas.
En este sentido, si el FMI es la ortodoxia, no tomo en cuenta los conflictos políticos en su interior. Pero si lo ortodoxo son las ideas que promueven diferentes actores (incluso diversas fracciones dentro de un mismo actor social), la definición debe poner el acento en las características concretas de esas ideas, más allá de quien las sostenga.
Como bien señalás, durante 2002 EE.UU. -Bush mediante- fue más heterodoxo que el FMI, y éste a su vez, más que el propio equipo económico local.
Saludos!
Gracias por los comentarios a favor y en contra. A raíz de estos, van algunas breves aclaraciones.
ResponderEliminarPrimero, no fue mi intención definir ortodoxia y heterodoxia sino tomar estas categorías que hoy parecen dominar el debate económico en ciertos ámbitos, y proponer algunas definiciones para ordenar la discusión. Tampoco fue mi intención criticar personalmente a ningún colega, cosa que no hago por principio, muchos menos en un blog. Mas allá del respeto personal que este tipo de debates requiere, considero que no se gana nada con discutir las personas en vez de la ideas. (Por otra parte, quien se tome el trabajo de googlear las referencias escondidas en el post descubrirá que pertenecen a un compendio de autores, varios de ellos extranjeros.)
Segundo, mi modesta intención fue contribuir a definir una heterodoxia racional que cuestione el saber recibido sin negar la cambiante realidad empírica, para lo cual creo que vale la pena abstraerse de aspectos relacionados con la comunicación (por ejemplo, la practica de crear un monstruo inexistente para compararse favorablemente por oposición, como bien preciso un comentario) y con cierto sesgo de formación (lejos de mi la intención de desalentar la lectura de los clásicos, pero sostener la ciencia económica no ha sumado nada a las intuiciones de autores -clásicos, neoclásicos, marxistas- que precedieron en siglos los fenómenos que se pretende analizar seria asignarles a aquellos una capacidad premonitoria propia de un profeta o de un gurú –y a sus seguidores una incapacidad supina).
Tercero, les dejo un ejemplo/inquietud que ilustra la no linealidad oculta en el debate mediático. Thomas Palley, ex funcionario de la central sindical americana AFL-CIO, y respetado economista heterodoxo (en el sentido de fuera del “mainstream" o, en inglés, "liberal"), es un activista a favor de la protección y en contra de la intervención cambiaria. En una carta a Obama posteada en su blog personal (http://www.thomaspalley.com/?p=174) propone intervenir administrativa y legalmente para imponer barreras de entrada a productos de países con monedas subvaluadas -una variante extrema de la propuesta de establecer un código de conducta cambiaria bajo supervisión del FMI, discutida en el G20 y fuertemente resistida (a mi juicio, con razón) por todos los países emergentes.
Mr. Palley estuvo en las jornadas del BCRA en Buenos Aires exponiendo su visión critica de la teoría neoclásica (“Los progresistas necesitamos tirar a la basura el paradigma neoliberal y reemplazarlo. Recuperar el pleno empleo y el rol activo del Estado. El sistema financiero se estabilizó, pero, por favor, no subestimen la estupidez neoliberal.”) en el mismo panel en el que el representante oficial argentino pidió un “tipo de cambio que proteja al trabajo y la producción.” [http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-171267-2011-07-01.html]
¿Los que justificamos la intervención cambiaria que critica Palley, como defensa contra la políitica expansiva que justifica Palley (que, entiendo, defiende a su modo los intereses del trabajador americano, que no es lo mismo que el trabajador argentino) vendríamos a ser ortodoxos por oposición?
Eduardo,
ResponderEliminarSabes que las leyes de la oferta y la demanda, de los vasos comunicantes, la teoría cuantitativa y la de que la moneda mala auyenta a la buena de la circulación datan del renacimiento y poco despues, algunas previas
No se si llamarle capacidad profética...
Los fenómenos propios del capitalismo son los mismos
Las burbujas Han tomado distintas formas, pero su contenido es el mismo.
Será tu pericia profesional la responsable de ver el déficit externo de Grecia o Islandia o la disparada de los precios De las acciones de tecnología o de los hogares en españa y eeuu como un absurdo
La innovación tecnológica de internet y de la telefonia celular, la globalización, son fenómenos que se pueden interpretar como diría tu hipótesis como algo que altera las leyes económicas, o simplemente como un nuevo paso tras el telégrafo, teléfono, prensa masiva, y las "globalizaciones" anteriores.
Son pocos los que se toman el doble esfuerzo de leer a los clásicos y a los modernos, ortodoxos y heterodoxis, y que tienen que leer luego los prejuicios que tiene cada uno sobre el otro sin leerlos y comprenderlos. Pero bueno, es argentina, todos somos DT de la selección, presidentes, ministros de economía, y obvio descalificamos al otro que no es tan bueno como nosotros
Precisamente, si hablas de las leyes de la oferta y la demanda y la teoría cuantitativa estás hablando de ideas y no de autores. En ese sentido, no veo contradicción con la línea del post. Sin embargo, sí pienso que la economía es algo más compleja y su conocimiento se ha vuelto más complejo, como corresponde, y que temas como la formación de expectativas y el margen de la política monetaria para generar empleo de manera permanente, o problemas como el riesgo moral, la selección adversa y la inconsistencia temporal (esenciales para entender las crisis financieras modernas), por nombrar un par, son de elaboración más reciente. Y luego está la investigación estadística, ausente en los textos clásicos, que ha permitido refinar muchos de estos conceptos para los fines de la política económica. Por último -y ahí tal vez disentimos- no creo que a fines de entender estas ideas sea necesario leer los textos originales, del mismo modo en que no creo que para entender la relatividad haya que leer a Einstein.
ResponderEliminarEstimado Eduardo,
ResponderEliminarMuy interesante. Entiendo tu punto. Sin embargo, disiento con algunas de las ideas. Creo que la calidad analítica y argumentativa de un economista no radica en su mote (que dicho sea de paso, existen tantas categorías de motes como de individuos que se propongan definirlos). Desde mi punto de vista, es posible entablar interesantes debates con un interlocutor sin necesariamente “deber” conocer con antelación si “desde mi perspectiva” se cataloga con uno u otro mote (“ortodoxo”, “heterodoxo”, “hipoxo”). En lo personal, me es de utilidad hacer la distinción a nivel de los individuos, entre aquellos que muestran poseer método científico y razonamiento crítico y quienes no. Por supuesto, esta categoría es también (obviamente) subjetiva. Ahora bien, ¿hay alguna receta para desarrollar la razón crítica de un individuo? Creo que no, o al menos no la conozco. Tampoco creo que la razón crítica de un individuo se desarrolle leyendo a uno u otro autor. Si bien hacer una lectura “religiosa” de los textos clásicos, y forzar sus contenidos para ajustarlos a problemas contemporáneos, es sin duda alguna, inconsistente con la razón crítica y el método científico, te aseguro que revisar la literatura del pasado es una excelente manera de alimentar la capacidad interpretativa y argumentativa. ¿Es necesario leer a Einstein para entender la teoría de la relatividad? No lo sé. Pero afirmar que “no” me parece una aseveración demasiado fuerte. Yo la reformularía de la siguiente manera: No se si es necesario. Pero si lo podés leer…mejor.
Muy oportuno su post, compadre!!! Pero no sea Ud. tampoco fiaca. O, si quiere agregar una nueva categoría a su original taxonomía, no se comporte como iconoclasta.Al fion de cuentas, como bien le dice, EAC, leer a los clásicos no comporta inevitablemnete su éxégesis ni su interpretación canónica. Pero, por algo son eso, clásicos. Con su habitual talante provocativo, Borges solía afirmar que, dada su restricción esencial de finitud (una noción, de paso, que nuestros perezosos hipoxios frecuentemente olvidan)el sólo disponía de tiempo para leer a los clásicos. Ya las próximas generaciones podrían disfrutar de los actuales contenporáneos destinados a ser clásicos.
ResponderEliminarNo hay que exagerar, pero a juzgar por la mucha hojarasca que la proliferacion tecnologíca pone a disposición, resistir el paso del tiempo es un indicador no despreciable (al fin de cuentas, antes el costo de oportunidad de encarar una regresión idiota era mucho más elevado que hoy poner un garfio irreflexivo en el stata).
un abrazo tradicionalista, Segundo
EAC, Segundo: Me obligan a volver a aclarar que no es mi intención desalentar la lectura de los clásicos (en cuanto a mí, todavía tengo que dar cuenta de Proust, Tolstoi y Grossman, pero ya casi). Lo que no suscribo es que la ciencia económica se resuma en unos pocos textos emblemáticos -ni la idea, expresada por un comentarista, de que todo lo que necesito como economista para pensar la crisis financiera mundial esté contenido en El Capital.
ResponderEliminarPor otro lado, para agregar algo nuevo a este diálogo, déjenme hacer notar que no hay que confundir exégesis de textos con el estudio de la historia económica (y de la evolución de las ideas económicas), algo muchas veces ausente de los claustros de las facultades de economía, y uno de los ejercicios que más pueden sorprender y contribuir a este pensar "fuera de la caja" que debería caracterizar al buen heterodoxo.
Si, ciertamente: el estudio de la historia económica y de la evolución del pensamiento es crítico, sobre todo, para saber de dónde provienen y desde qué lugar nos "revisitan" muchas de las polémicas que mantenemos en la actualidad. Le diría, incluso, que ese ejercicio es recomandable para cualquiera que busque practicar el juicio crítico (mire lo que le digo: algo que puede hacer no sólo un copernicano sino,también, hasta un ptolomeico -como lo atestiguan los mejores exponentes -los clasicos- de diversas tradiciones).
ResponderEliminarLa preocupación por el contexto histórico en que surgen las doctrinas es el punto que lleva, por ejemplo, a decir a Hicks que la teoría monetaria es la más "institucional" de las ramas del pensamiento económico ((a), porque la noción misma de dinero es algo que ha ido evolucionando de acuerdo al contexto; b) porque los mejores aportes en teoría monetaria surgieron, precisamente, de la reflexión sobre los problemas que contemporáneamente enfrentaban los autores).
Ese, por caso, es un texto "clásico" que bien enriquecería el, por otra parte, ya muy estimulante programa que ha preparado Ud. para su esperado debut en la UBA.
Con Vasili también esperando en la bitácora, lo saluda atentamente Segundo.
Eduardo
ResponderEliminar1) Yo no dije que lo único que se necesita es leer el capital para entender la crisis actual. Me cito
"Leí el capital habiendo leído ya a sargent,obstfeld, rogoff woodford, gali, y debo decir que Marx tiene mas que decir en su tercer tomo, el cual el mismo no llego a revisar, sobre la crisis actual o la de la convertibilidad que esos manuales"
2) leíste el capital como para aseverar que no hay una explicación general sobre como ocurre la misma?
Y eso no implica que no haya nuevos conceptos para añadir al análisis como los que mencionaste
Te pediría que por favor no sigas haciendo el mismo tipo de abusos de falacias argumentativas que hizo quien motivo tu post
Muy interesante su posición respecto de los textos de Einstein, los cuales -en particular al referir a su teoría de la relatividad- si no representan una manifestación de heterodoxia (pues, dado que se trata de física más de uno dirá que sería una verdadera contradicción entre términos) cuando menos una clara indicación respecto de hasta donde se podía llegar, teoricamente al menos, desafiando un arraigada tradición que delimitaba como indiscutible cierto dominio de postulados. Claro que si no tenemos oportunidad de leerlo eso es más difícil captar este punto...
ResponderEliminarEn cuanto a la 'hipoxia', hay algo que no entiendo ¿se trata de algo que pertenece a la realidad o a alguna 'construcción fantasmática'?
Mi principal preocupación con el hecho de resaltar a los clásicos, es que éstos tenían una teoría del valor trabajo y en efecto lo que determina el valor de las cosas no es el trabajo, por lo que me resulta dificil pensar como pueden explicar el mundo actual
ResponderEliminarMi principal preocupación con los neoclásicos (o con la ortodoxia) es que siguen pensando que los consumidores tienen preferencias completas, estables, ordenables y transitivas cuando existe cuantiosa evidencia de que ello no es así, por lo que me preocupa que pretendan explicar el funcionamiento del mundo con microfundamentos mal paridos
Mi preocupación conmigo mismo es que no me puedo definir por lo tanto ni como ortodoxo ni como heterodoxo, y al fin de cuentas no se lo que sería un tipo que, como yo, se siente más cómodo en behavioral economics, o directamente en la psicología cognitiva aplicada...
Martín: cuando me fui a hacer el doctorado, mi idea era estudiar temas de rational choice (versión Tversky-Kahneman) y cuestiones rayanas con la psicología experimental con la que había tenido algún cruce efímero en Independencia, y que luego redescubrí con lecturas no obligatorias que nos daba Heymann en el curso de posgrado del ITDT. Entonces, estas teorías eran heterodoxas, y en alguna medida lo siguen siendo (en el sentido de que la ortodoxia aún no ha logrado incorporarlas en el modelo canónico, basado en el trabajo de ortodoxos brillantes como Arrow que entienden perfectamente sus limitaciones). Pero si, tras el Nobel y la súbita popularidad post-Lehman, tal vez esté más cerca de integrar el mainstream, enhorabuena. Las categorías son transitorias y poco relevantes, lo importante son las ideas.
ResponderEliminar(¿Por qué no seguí con este tema en el doctorado? Porque, al ser heterodoxo, no había nadie interesado en tutorearme y, de haberlo habido, me habría costado publicar y conseguir trabajo. Los consensos académicos son autosostenibles.)
martín, probablemente sea posible aseverar que cada época engendra su mito, así como hubo el de valor=trabajo, o el de consumidores de preferencias completas, estables, ordenables y transitivas; pero ¿tu búsqueda apunta a una mirada que no admita eventuales posibles relecturas o cómo dar forma a una a la altura de los tiempos? Por otra parte, ¿te entendí mal o la heterodoxia la asimilas a resaltar los clásicos? Sea como fuera, interesante visión donde confluyen, de ambos lados, progreso y retorno, ¿no?
ResponderEliminarSaludos
No leí los comentarios por lo que es probable que repita alguna cosa, al menos al inicio.
ResponderEliminarLa ortodoxia, estimológicamente, no es la opinión de la mayoría, es la opinión correcta. La opinión mayoritaria es la doxa. La heterodoxia (=diferente de la opinión común), es pensar diferente de la doxa, del sentido común. En teoría, no debería haber en ciencias una ortodoxia, las vías únicas son para las teologías. Es por ello que "ortodoxia" suele ser una imputación que implica un disvalor del "acusado".
Sin embargo, no es raro que en diferentes disciplinas surjan "ortodoxias". Y lancen sus dardos inquisitoriales contra los "heterodoxos" en formas que recuerdan la lucha contra la herejía (herejía=pensar unilateralmente).
No soy economista por lo que no puedo entrar en el debate sobre la calidad académica de "ortodoxos" y "heterodoxos", pero me permito una observación en virtud de la lectura eventual de ambos: los llamados "ortodoxos" (por otros) suelen ignorar de manera más o menos radical el mundo (académico) que se extiende más allá de sus modelos. Eso no genera demasiados problemas al mantenerse en su área típica. Pero no es raro toparse con un paper donde la aplicación irrazonable de la "vía correcta" (otra traducción de ortodoxia) de los supuestos económicos mainstream (supuestos sobre las motivaciones humanas, sobre la naturaleza de los vínculos sociales, sobre la forma de pensar la relación entre agencia y estructura, etc.) a problemáticas ajenas al campo tradicional de la economía (educación, seguridad, parentesco, etc.) suele dar resultados francamente brutales, con categorías de análisis definidas de manera brutal que solo conserva cierta pátina de cientificidad a partir de ocultarse detrás de un el grado alto de formalización característico de la disciplina, que suele confundirse con rigor.
Ese problema, creo, suele estar más morigerado entro los (autoproclamados) "heterodoxos". Y por una razón muy sencilla: tendencialmente al menos, suelen leer la producción académica de otras áreas. Lo que los proteje un poco del exceso de doxa (de sentido común ramplón disfrazado de experticia) que a veces se cuela en la producción económica mainstream apenas de aleja un cachito del puñado de cuestiones que realmente se ha estudiado con seriedad y son el núcleo temático de la disciplina.
En ese sentido, creo, la "hipoxia" no es monopolio de los "heterodoxos". Y, en particular en las intervenciones públicas sobre problemáticas generales, estos suelen tener miradas más complejas que aportar.
saludos,
(Tengo la sospecha de que este interesantísimo post tuyo es el equivalente a un furioso exabrupto por parte de una persona notablemente educada, razonable y respetuosa)
Guido: rescato tres cosas de tu excelente comentario.
ResponderEliminarPrimero una aclaración: el post comienza con "Ortodoxia (que etimológicamente significa la opinión correcta) denota en la práctica la doctrina o ideología sostenida por la mayoría." No creo que contradiga lo que decís.
Segundo, "la "hipoxia" no es monopolio de los "heterodoxos". Y, en particular en las intervenciones públicas sobre problemáticas generales, estos suelen tener miradas más complejas que aportar." Es cierto, lamentablemente, en lo que concierne temas no económicos (o paraeconómicos). Pero lo contrario se verifica en temas económicos, que eran los pertinentes al post.
Por último, espero que el post no se entienda como una crítica sino como una defensa de la heterodoxia bien entendida.
Perdón la longitud de la respuesta y que no te moleste que te cite.
ResponderEliminarDecís:
“Esta definición tiene la virtud (para el heterodoxo) de que aunque el ortodoxo un día quede en minoría y se convierta en una suerte de rinoceronte, nunca será heterodoxo si no aporta nada nuevo. “
Es decir, todo aquel que aporte algo nuevo (que es nuevo para vos???) es heterodoxo. Entiéndase que cualquiera de nosotros puede ser heterodoxo si así lo quiere. …?
Decís:
“Pero tiene otra virtud no menos importante, que afecta específicamente a un grupo de autoproclamados heterodoxos, que más que traer ideas nuevas al debate resucitan ideas viejas a las que la larga ausencia y los propios desplazamientos de la ortodoxia bendicen con un aire de efímera novedad. A éste grupo podríamos llamar hipoxos, en la medida en que en ellos la endogamia y la falta de oxigenación han atrofiado el desarrollo y adaptación de antiguas ideas que en su momento fueron heterodoxas (y, en muchos casos, ortodoxas), y que hoy son simplemente viejas.”
No entiendo tu definición de ideas “viejas”. O acaso la teoría de la relatividad o teoría heliocéntrica son “nuevas”? Descartemoslas mejor, porque son viejas, y ya que estamos, a los desarrollos posteriores también porque se basan en ideas viejas.
La teoría marginalista también sufre de Hipoxia según el párrafo anterior. Solo los ortodoxos hipoxos pueden seguir sosteniendo teorías inconsistentes lógicamente que ni siquiera se observan en la realidad. (El debate de Cambridge debería haberlos hecho recapacitar y adaptar sus ideas que hoy ya son viejas).
Decís:
“Una característica de esta hipoxia en su versión académica es la preferencia por la exégesis de textos, más propia de la filosofía, por sobre el análisis transversal de temas… “
A que te referís con análisis transversal…?
Luego pones el siguiente ejemplo:
“Algo de esto me tocó vivir hace veinte años al estudiar psicología en la UBA, donde se discutían las ventajas comparativas de distintas traducciones de Freud y las diferencias entre instinto y pulsión -fijación literaria que en una disciplina eminentemente clínica resultaba al menos curiosa”.
Al mejor estilo reduccionista, como la microeconomía ortodoxa intenta hacer, das un caso particular y lo generalizas a toda la heterodoxia (aquellos que estudian los clásicos según tu definición anterior) diciendo que sufre de Hipoxia todo aquel que utiliza ideas “viejas”.
Ahora bien, tu ejemplo, dejando de lado la posibilidad de que sea representativo o no de toda esa heterodoxia que vos definís (al mejor estilo agente representativo), no es aplicable a la economía dado que no ha habido después de Freud alguien que superara sus investigaciones, a diferencia de la economía donde, ademas de los clásicos (solo Smith, Ricardo y Marx), aparecieron otros economistas que superaron y demostraron como el aparato teórico marginalista se caía a pedazos: Keynes, Kalecky, Samuelson, J. Robinson, debate de los dos Cambridges de por medio, Sraffa, Lucas, etc, etc, etc. (Además de Blanchard diciendo que lo que había escrito estaba todo mal; mis profesores neoclásicos, ortodoxos o como quieras llamarle, que actualmente me dicen que lo que nos están enseñando no sirve para nada, a pesar de que recurren a todo el herramental matemático desarrollado hasta la fecha).
Decís:
ResponderEliminar“Por ejemplo, el hipoxo propone estudiar religiosamente a los clásicos (Ricardo, Smith, Marx) en lugar de estudiar política monetaria y fiscal, como si en algún resquicio de aquellos meritorios textos se encontrara la verdad sobre cuestiones que, en algunos casos, ni siquiera formaban parte de la realidad en la que sus autores basaban sus ideas, y que siglos de análisis económico (en parte basado en aquellos meritorios textos) no han logrado desentrañar. Algo así como estudiar la teoría de la relatividad leyendo a Einstein.”
Según la definición de la real academia española, exégesis, no implica un estudio religioso de un texto. Algo que vos incluís en tu definición anterior y que se vuelve objeto de tu misma critica. Es decir, inventas un monstruo, se lo atribuís al heterodoxo y luego lo criticas por eso….
Ahora bien, dejando de lado ese detalle, la visión clásica se mueve dentro de un marco de desempleo, de luchas de clases por la apropiación del excedente…..a vos te parece que el desempleo que vive Europa hoy, el conflicto por la 125 no es eso que los clásicos intentaban explicar???...por poner solo dos ejemplos.
Puede ser que los clásicos no hablaban explícitamente de política fiscal y monetaria, pero sus teorías no son incompatibles con un Keynes o un Kalecky a diferencia de los marginalistas que hablan de un caso particular como si fuera el general, al igual que haces vos con tus definiciones.
Anécdota de cómo la teoría de expectativas racionales explica la crisis, relatada por Alejandro Manelli, colega de Edgard. C. Prescott (premio nobel de economía 2004). Según Prescott, la crisis de las subprimes en 2008 se generó debido a la modificación de las expectativas de los agentes económicos, al enterarse de que Obama sería presidente. Dado que Obama es comunista y por lo tanto implementaría políticas monetarias y fiscales comunistas, el impacto por expectativas de tal evento repercutió negativamente en la economía americana generando lo que todos ya conocemos.
Es decir, leyendo solamente la teoría ortodoxa, es posible explicar la crisis con coherencia lógica y pertinencia empírica.
Decís:
“Existe también una versión extrema de la hipoxia que, por falta de mejor término, podríamos denominar fiaca. Involucra a los economistas que encuentran en los pecados ortodoxos la excusa para no leer la nueva producción académica ni mirar de cerca los datos de la realidad, y que se contentan con relatarla como una construcción axiomática o, en variante minimalista, como una proposición por oposición: tirar a la basura el paradigma neoclásico y neoliberal para reemplazarlo por un nuevo marco teórico (que nunca se precisa pero que se insinúa está esbozado en la obra de John Maynard), o modificar la estructura productiva y el perfil de especialización evitando la revaluación de la moneda (sin más detalles sobre cómo detener la apreciación real o vigorizar una industria no sólo protegida sino fuertemente subsidiada). “
Un caso muy particular…con que objeto??? O acaso no hay ortodoxos que solo han leído Blanchard, la síntesis neoclásica y se han olvidado de una parte de la biblioteca. Digo, la heterodoxia, dada tu definición, no seria la única que tira las cosas a la basura…
Seguramente te referís a alguien en particular. Por lo tanto todo tu articulo se reduce a la critica de un solo individuo, que según vos inventó un monstruo y lucha contra el en su cabeza. Ergo, que tenemos que pensar los lectores de un individuo que “lucha” contra alguien que imagina “luchas” en su cabeza???...psicoanálisis???
Decís:
ResponderEliminar“Los fiacas, al hablarle más al lego más que al iniciado, se permiten tomar licencias retóricas, inventar antagonismos inexistentes y prescindir de la realidad. Por ejemplo, pueden justificar la inflación rechazando vehementemente un ajuste recesivo que casi nadie propone (y que, como señalé hace tiempo, es innecesario).”
Conmigo no Levy. Primero acusas de prescindir de la realidad y luego decís que nadie propone enfriar la economía…..dejame refrescarte la memoria:
“―El gobierno de los Kirchner ha hecho políticas expansivas en materia fiscal y monetaria (…) El Gobierno apretó el acelerador y eso en cualquier lugar del mundo genera inflación (…) Lo que sí es cierto es que hoy el gasto crece al 30% con un producto que puede ahora estar creciendo en términos potenciales al 3%, 4%...La diferencia está alimentando la inflación‖. (Levy Yeyati, 2010).”
http://www.ieco.clarin.com/economia/Debate-verdaderas-causas-inflacion-Argentina_0_122700007.html
Bajar el gasto, no es enfriar la economía???? Cuanto tenes que bajar el gasto para reducir la inflación????
Decís:
“Naturalmente, por definición, siempre habrá más ortodoxos que heterodoxos. Lo que, al menos en el debate económico nacional, resulta inquietante es que parecería haber muchos más hipoxos que heterodoxos -y muchos, muchos fiacas que no paran de relatar un partido que sólo se juega en su propia construcción fantasmática (perdón, en su cabeza).”
Inventaste un par de definiciones, “estereotipos” si me dejas llamarle y luego te animas a decir que hay muchos fiacas que no paran de relatar un partido que solo se juega en su propia construcción fantasmática……No será que este pequeño posteo de tu blog sucedió solo en tu cabeza con tus construcciones fantasmáticas????
Decís:
“Segundo, mi modesta intención fue contribuir a definir una heterodoxia racional que cuestione el saber recibido sin negar la cambiante realidad empírica…”
A vos te parece que los clásicos son incompatibles o contradictorios con la cambiante realidad empírica….??? Desempleo, conflicto social por el excedente, guerras por recursos, falta de demanda….cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia…..
Decís:
“Y luego está la investigación estadística, ausente en los textos clásicos, que ha permitido refinar muchos de estos conceptos para los fines de la política económica. Por último -y ahí tal vez disentimos- no creo que a fines de entender estas ideas sea necesario leer los textos originales, del mismo modo en que no creo que para entender la relatividad haya que leer a Einstein.”
La ausencia en los textos clásicos no la vuelve incompatible. Los ortodoxos con la teoría neoclásica solo pueden dar explicación post crisis, porque ex ante, para ellos no existe ningún problema. Ahora bien, volves al reduccionismo microeconómico y hablas de riesgo moral y selección adversa como los causantes de la crisis. Dejando de lado eso (a tu favor, ya que los problemas de tratar el agregado como problemas micro se señalan ya en el capítulo 4 de Mas-Colell), es increíble como pareciera que querés tirar a la basura todo lo que para vos es viejo. Como si lo nuevo no estuviese construido sobre aquellos hombros de gigantes.
O acaso se puede hablar de espacio-tiempo, universos paralelos, agujeros de gusano sin los aportes de Einstein????? Lo “construido” hoy es producto del pasado….o tenes una bola de cristal en la cual se observa que el conocimiento de cualquier tipo hubiera llegado al mismo lugar sin que esos gigantes hubieran existido.
Parece que el sistema complejo como vos mismo decís mas arriba, puede reducirse al estudio de las partes simplemente sabiendo conceptos como Moral Hazard. Darwin se revuelca en su tumba leyéndote….. Podemos entender al hombre social, sin mirar su pasado….quizás cuando un psicologo intenta desenredar el pasado solo lo hace por diversión, dado que para entender la situación del paciente no hace falta remitirse a sus orígenes….
Decís:
ResponderEliminar“Me obligan a volver a aclarar que no es mi intención desalentar la lectura de los clásicos (en cuanto a mí, todavía tengo que dar cuenta de Proust, Tolstoi y Grossman, pero ya casi). Lo que no suscribo es que la ciencia económica se resuma en unos pocos textos emblemáticos -ni la idea, expresada por un comentarista, de que todo lo que necesito como economista para pensar la crisis financiera mundial esté contenido en El Capital. “
Vos mismo fuiste reduccionista y criticas a un comentarista de reduccionista….
Decís:
“Por otro lado, para agregar algo nuevo a este diálogo, déjenme hacer notar que no hay que confundir exégesis de textos con el estudio de la historia económica (y de la evolución de las ideas económicas), algo muchas veces ausente de los claustros de las facultades de economía, y uno de los ejercicios que más pueden sorprender y contribuir a este pensar "fuera de la caja" que debería caracterizar al buen heterodoxo.”
Es decir hay que ser hipoxo….
Guido: no estoy de acuerdo: 'doxa' no es la opinión de la mayoría. Incluso si se dijera opinión -más ortodoxo- hay que aclarar que no cualquier cosa que hoy calificaramos de opinión sería tal. Si se lee los clásicos -de donde proviene el término- se ve que alude junto a lo que se sostenga, el ámbito mismo donde se incribe ya que -como bien decís- no hay doxa cuando hay episteme, por ejemplo. No es casual entonces que los economistas usen tanto estos términos: es que la economía, al no ser ciencia (en sentido estricto) y no poder demostrar, tiene que conformarse con grados de verosimilitud, que es precisamente lo que caracteriza a la doxa.
ResponderEliminarSaludos
Segundo: ¿tenés la cita de Hicks completa?
ResponderEliminarHay que leer a los modernos y a los clásicos, el asunto es donde, cuando y cuanto.
Lo que está en discusión es la utilización de la lectura de los clásicos para no leer a los mdernos (y que la viceversa es un argumento más débil).
Si, coincido plenamente Javier. Hay que leer todo lo que se escribe con rigor científico. Y, al igual que en la producción de los textos, aquí el criterio de demarcación es precisamente ése, el del método con el que se aborda la lectura. Aunque no iria tan lejos como Popper como para poner a Marx en la pseudociencia, es obvio que en una disciplina como la economía la posibilidad de que las afirmaciones que realizamos resulten empíricamente contratastables (y, por tanto, falsables) es crucial, como bien sugiere Eduardo no recuerdo ya si en su post o en alguna de sus lúcidas respuestas. Pero qué te voy a explicar a vos sobre este tema.
ResponderEliminarMi único punto al reivindicar la lectura de unos cuantos clásicos no es oponer ello a la lectura de los modernos, porque está claro que a cualquiera de esos grandes del pensamiento les agarraría seguramente un ataque si nos vieran intentado descifrar la lógica de funcionamiento de la economía actual únicamente munidos de textos escritos dos o tres siglos, o incluso haces apenas unas décadas. Pero no dejo de observar que en muchos de los textos modernos las referencias sólo remiten a lo escrito en los, digamos, últimos veinte años y muchas veces se olvida (o peor, se ignora) el linaje de las discusiones que se sostienen.Para ponerte un ejemplo, que seguramente te resultará familiar, sobre la crisis financiera global. Ahora se exhuman muchas de las tesis de Minsky sobre la inestabilidad financiera que, no por clásico y porque la estrcutura institucional del mercado financiero haya experimnetado cambios muy significativos respecto del momento en que ecribió, deja de tener enorme vigencia, como bien muestra el excelente libro de Mehrling, A new Lombard Street. Ahora bien, con todo lo relvante que ha escrito Bernanke sobre los problemas de agencia, hoja de balance y el acelerador financiero ¿por qué nunca en sus referencias aparecía Minsky?
Una cosa es ser anacrónico y otra olvidar cómo llegamos al punto en ónde estamos
abrazo, Segundo
PS: la cita de Hicks es el del capítulo 9 de los Ensayos críticos en teoría monetaria