Como dije, me contento con escuchar la discusión de los lectores sobre el post anterior -no sin pasar chivo del libro con Valenzuela, donde especulábamos con algunas historias de fundamentos ligeramente económicos detrás del gráfico (es cierto que el REM se volvió un juego de adivinar el numero del gobierno, pero solo después de 2007).
Tampoco puedo dejar de remitir a una hipótesis que he deslizado en otros posts: Argentina es el negativo de Brasil en términos de prensa (nosotros siempre pintamos peor de lo que somos, y vice versa).
Para liviana ilustración, bastan dos gráficos de la misma presentación (en realidad, un gráfico, en cambios y en niveles) con la que -a mi juicio- es la ventana temporal mas ajustada para este tipo de comparaciones odiosas: partiendo del inicio de la crisis y no desde su punto más álgido.
(En una palabra, recuperamos el terreno perdido. Los discusión de los pros y contras de la tendencia usual a extrapolar o a negar de cuajo este patrón relativo -tanto en niveles como en tasas de crecimiento, que naturalmente resultan en pronósticos bien distintos- merecen un post más carnoso.)
"Argentina es el negativo de Brasil en términos de prensa (nosotros siempre pintamos peor de lo que somos, y vice versa)." Ciento por ciento de acuerdo. Las discusiones que me ha costado esa creencia ...
ResponderEliminarTuve la oportunidad de vivir en Brasil durante los últimos 3 años y coincido totalmente con esa frase. Pero creo que -en general- el modelo de prensa que tenemos acá no hace otra cosa que reflejar nuestra idiosincrasia, de ver siempre el vaso medio vacío, de confrontar, de la melancolía del tango... Me había mal acostumbrado a la mirada positiva y esperanzadora de nuestros vecinos, que cuando la cosa va espantosamente mal, largan una frase que me costó bastante asimilar que dice: "al final tudo vai dar certo. E se nao deu certo é que nao chegou o final". Algo así como "al final todo va a andar bien. Si no anda bien es porque no llegó el final".
ResponderEliminarTal vez si aprendemos a ponerle un poco mas de onda (sin caer en la negación, claro), podríamos construir un poco mas.