¿Por qué se ha vuelto tan aburrido hablar de la economía argentina? Puede que sea una percepción personal (¿cuál no lo es?), en estos días mundialistas que me encuentran en Madrid soportando la catártica exaltación del hincha español, y discurriendo sobre la crisis mundial y la globalización financiera –la misma que afecta a todos nuestros vecinos, pero parecería no hacer mella en la estrategia política argentina (la oficial y la de la oposición). Puede que, tras las olas que hace la cada vez más sesgada prensa local (y no sólo los “monopolios”: vale la pena comparar el tratamiento de los mismos temas por parte del Ámbito y el Cronista), la situación sea más sostenible (y, en el buen sentido, aburrida) de lo que parece. Puede que sea la crisis mundial y la bienvenida revaloración de la heterodoxia, que en nuestro pagos a veces muta en un interesado revisionismo terminal cercano al vale todo.Mi hipótesis es otra.




