Siguiendo con la modesta exploración del identikit industrial argentiono iniciada aquí y aquí, va esta breve ilustración de algo que podría interpretarse tanto como evidencia del fracaso del modelo de sustitución, o como el éxito del modelo agroexportador, dependiendo de la vocación industrialista del lector.
Como puede apreciarse, una década de protección cambiaria y transferencias hacia sectores industriales menos competitivos mediante el estímulo del consumo interno ha generado industrias con balances externos cada vez más negativos (en el gráfico, NX son las exportaciones netas: exportaciones menos importaciones por sector; "primary" se refiere al sector primario, y "other" son otros bienes).
Un patrón no muy distinto (aunque más acelerado) al que presenta nuestro Gran Hermano (Brasil), que optó por mantener la inflación a raya aún a expensas de una apreciación más rápida:
En principio, podría decirse que este resultado no sorprende: el impacto de la apreciación real sobre la competitividad de los sectores menos favorecidos es uno de los resultados clásicos de lo que generalmente se denomina enfermedad holandesa -aunque para esto habría que mirar con más detenimiento la producción global de estos sectores.
Pero en el caso argentino llama la atención el hecho de que el deterioro del balance externo industrial precede en varios años a la apreciación real, lo que sugeriría que es más el efecto del fracaso (o, en rigor, la ausencia) de políticas industriales, antes que de la aceleración reciente de la apreciación cambiaria. O, puestos a acuñar expresiones livianas, a lo que cabría denominar, parafraseando a Mervyn King, la teoría Basile de la política industrial (sobre la cual volveremos en una próxima entrega...)
No estás sacando conclusiones apresuradas? El TCR alto tuvo como primer objetivo sacar a la economía rápidamente del infierno de la crisis.
ResponderEliminarEn pocos años estaba con desempleo en un dígito, cosa que no lo logró toda la década pasada, en parte gracias al empleo que favoreció el tipo de cambio, tanto industriales como de servicios (entre ellos en turismo).
Los gráficos que usas están tenidos por la crisis, los ratios altos de 2003, 2004, son solo por colapso de las importaciones (algo que marcás), juzgar el 2009/2010 contra el 2003/2004 y juzgar de ello un fracaso, es como mínimo apresurado. Más recordando las tasas de crecimiento económico en dicho periodo y la tasa de desempleo, todo ello junto a un superavit en cuenta corriente los últimos 8 años.
Es obvio que con tipo de cambio alto sólo no alcanza como estrategia de desarrollo. Pero tu redacción no da a entender ello, sino simplemente dejás abierta la pregunta si “perdimos el tiempo” la última década. Que lo digan desde ámbitos ortodoxos, lo espero, pero de vos, no.
Abrazo,
Larry
Por favor, ¿cuántas décadas más vamos a seguir hablando de la "sustitución de importaciones"?
ResponderEliminarUnos de sus paradigman es la industria textil.
¿No ven el trabajo esclavo (que además lo realizan indocumentados bolivianos)?
¿No se dan cuenta que la ropa cuesta en Argentina el doble que en Europa o Estados Unidos?
Evidentemente el proceso industrial argentino es un total fracaso.
Después hablan de la "enfermedad holandesa", me tienen podrido, ¿por qué no hacemos como hace Noruega con su fondo soberano? ¿por qué no obligamos a las cerealeras que depositen en un banco de Miami los pagos a los chacareros?
Tengo una idea mejor: ¿por qué no abandonamos la payasada de las "licencias no automáticas" para importar?
Hablar de "enfermedad holandesa" en el contexto argentino es ridículo.
ELY, la verdad que no entiendo la lógica del post y no creo que la diferencia entre exportaciones e importaciones sea un parámetro del todo relevante.
ResponderEliminarComparto en parte el comentario de Larry. Se agradece algún tipo de aclaración de porqué usar ese parámetro para ver si nos estamos industrializando o no. Yo lo haría como cociente entre primary y other, ¿no te parece?
Saludos
Larry: Entiendo tu punto, aunque me permito algunas aclaraciones.
ResponderEliminar1. El tipo de cambio alto no fue una medida deliberada sino una consecuencia de la crisis (creeme, lo viví de cerca).
2. Estoy de acuerdo de que el modelo de dólar alto es un modelo de salarios bajos (como tu comentario insinúa sin suscribir, y como hemos documentado con más o menos suerte con Federico Sturzenegger). No veo contradicción en el post sino en la retórica oficial pro dólar alto. El lema de la competitividad internacional ha sido y es parte fundamental del modelo cambiario (¿realmente hace falta que provea referencias de esto?).
3. La caída en la exportaciones netas industriales excede el efecto post criris. Como bien decís, el superavit de 2002-2003 (así como, em menor medida, el repunte de 2009) se deben al efecto de la contracción de la demanda sobre las importaciones industriales, la caída ha sido permanente desde 2004 a la fecha.
De todos modos, no te lo tomes de modo personal. Como señalo, el problema es generalizado: la primarización del sector externo ha minado las exportaciones industriales en Chile, Colombia y hasta en el bien diversificado Brasil. Y el dólar alto contribuye al ahorro externo que en muchos emergentes ha permitido una mejora permanente en las cuentas financieras. Mi post no cuestiona el dólar alto, cuestiona el dólar alto como estrategia holísitica de desarrollo industrial.
Magam, no hablé de industrializar sino de política industrial. Industrializar a cualquier costo puede ser un buen remedio para la crisis, pero sólo es sostenible si alguien paga la cuenta externa. En países pequeños puede que sea posible vivir de la renta del sector primario, pero Argentina no es un país pequeño. la política industrial, entre otras cosas, apunta a facilitar el desarrollo de los sectores más dinámicos con el fin de generar la productividad que permite un aumento permanente del poder adquisitivo. La protección cambiaria es vista por algunos como un elemento de la política industrial. Pero aislado sólo genera rentas extraordinarias.
ResponderEliminarEstimado Eduardo,
ResponderEliminarMuy interesante el post. Me parece, de todos modos, que tu indicador de performance de la “política industrial” argentina post-convertibilidad no es adecuado. Imaginate un país en el que tras la implementación de determinada política la tasa de crecimiento de las exportaciones manufactureras se triplica y tanto la composición como los destinos de las expo se diversifican. Imaginate también que las importaciones de capital se aceleran y crecen al mismo ritmo que las expo industriales. Esto permite a su vez que la acumulación de capital y crecimiento económico se aceleren significativamente. En este ejemplo, el balance comercial industrial no cambia después de la implementación de la política. De acuerdo a tu métrica, los efectos de dicha política serian nulos en su carácter de promotor de la industria local. Este ejemplo se inspira en caso concreto: la experiencia de Corea del Sur bajo la administración del Gral Park. Desde mediados de los 60s hasta fines de los 70s, las expo industriales crecieron a un ritmo vertiginoso, su composición se diversifico significativamente y sus destinos se multiplicaron varias veces. Al mismo tiempo el balance comercial se deterioro producto del rápido crecimiento de las importaciones de bienes de capital e insumos intermedios. Aunque tu métrica sugeriría que el desempeño de la política industrial fue pobre, difícilmente uno pueda encontrar un caso de desarrollo industrial tan exitoso.
Saludos cordiales
Martin Rapetti
Martin, muy cierto lo que decís, pero las exportaciones industriales brutas también están cayendo (adjunté un gráfico en el último post).
ResponderEliminarEduardo, leí tu nuevo post con mucho interés. Tiendo a coincidir con tu impresión sobre la estrategia del gobierno en su matiz “basilista”. El grafico que ponés es definitivamente más informativo para evaluar la política industrial. Que incluís en “other goods”? Porque si uno toma simplemente alguna combinacion de agregados (MOA+MOI+Servicios o MOI+Servicios) a precios constantes, la performance de la “política industrial” reciente parece mas positiva.
ResponderEliminarsaludos
Martín: antes que nada, gracias por hacerme notar que olvidé explicar lo que mostraba el último gráfico. Bienes primarios suman los códigos CIUU (ISIC2) hasta el 290. Other goods suma bienes manufacturados (del 300 al 410). Ninguno de los gráficos incluye servicios, que son algo más difíciles de relacionar con el tema cambiario.
ResponderEliminarConcuerdo plenamente con: "...En países pequeños puede que sea posible vivir de la renta del sector primario, pero Argentina no es un país pequeño. la política industrial, entre otras cosas, apunta a facilitar el desarrollo de los sectores más dinámicos con el fin de generar la productividad que permite un aumento permanente del poder adquisitivo. La protección cambiaria es vista por algunos como un elemento de la política industrial. Pero aislado sólo genera rentas extraordinarias".
ResponderEliminarA diferencia de Carlos, creo que debatir acerca de la enfermedad holandesa en el contexto argentino no es ridículo. Aconsejo leer, al respecto, el artículo de Bruno Merlevede sobre la relación entre enfermedad holandesa, fondo de estabilización y petróleo en Rusia: "Russia from Bust to Boom and Back: Oil Price, Dutch Disease and Stabilisation Fund". Comparative Economic Studies, 2009; 51: 213–241.
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