viernes, 19 de agosto de 2011

Sobre la dirección del viento (Meteorología económica)

En varias ocasiones sostuve que el viento de cola para la región acabó más o menos a fines del año pasado. En más de una ocasión, me han señalado que el precio de la soja por arriba de los 500 dólares la tonelada era prueba sumaria de mi error. Lo dudo.

Para empezar, cuando uno piensa en la relación entre términos de intercambio y crecimiento, piensa en cambios contra cambios: un aumento de los términos de intercambio (en particular, del precio de los commodities, más en particular, de la soja) se asocia a un aumento del PBI.

Por otro lado, los dólares sojeros no sólo trajeron alegría al campo y al gobierno sino que permitieron fnanciar el aumento de las importaciones en un contexto de exclusión de los mercados lo que les dio un valor adicional (estabilización de expectativas cambiarias y nominales) al mencionado en el párrafo anterior. De nuevo, fue el aumento en el precio lo que compensó la cuenta corriente.

Por último, no fueron sólo los commodities los que empujaron a la región: el viento de cola suele atribuirse también al crecimiento global (es decir, de la demanda externa de nuestros productos) y al exceso de liquidez mundial que en principio abarata el acceso al crédito. Aquí también el viento amainó: el spread soberano viene aumentando levemente, y la actividad mundial se ha desacelerado de manera marcada en los últimos meses (y lo hará aún más a futuro).


4 comentarios:

  1. Sería muy interesante que profundizaras más en sucesivos post, ésta dirección. Ya se hizo un mito fuerte lo del "viento de cola eterno" y es bueno desmitificar y más aún, desarrollar al respecto.

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  2. Estimado Levy, quiero ver si entiendo:
    1) El viento de cola pierde fuerza porque nuestra inflacion alcanzo el valor dolar de los bienes transables; y
    2) se esta desacelerando la economia mundial

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  3. Me permito disentir. Soy “vientocolista” a ultranza…

    Como bien lo planteas, la veleta por excelencia que captura la dirección del viento externo en materia comercial es el índice de términos de intercambio. Y si confiamos en el INDEC (las cuentas externas es una de las muy pocas áreas en las que no parece haber manipulación), el ITI del 1S11 fue casi 10% superior al del 1S10 y record histórico absoluto de los últimos 50 años. Dudo que en el 3T11 el ITI registre una caída significativa. Los datos duros indican entonces que, en el plano comercial, sigue soplando el viento de cola, inclusive en tu concepción de “cambio contra cambio”. (Digresión: siento que el nivel también importa. Cuando veo una serie larguísima del ITI y al último dato como techo, me cuesta mucho no pensar en que hemos disfrutado y seguimos disfrutando un “huracán” a favor)

    Es posible que la muy probable recesión en que caería la OCDE acaso derive en una recesión global que afecte nuestras exportaciones tanto en precios como en cantidades. Pero no deja de ser especulación bien fundada para un futuro cercano; no una constatación del panorama actual.

    Con respecto a la veleta pertinente para capturar la dirección del viento externo financiero, no creo que sea nuestro spread soberano, sino más bien la tasa de interés libre de riesgo (UST) y/o el spread soberano promedio de los emergentes. Me explico: nuestro EMBI trepó fuerte en las últimas semanas por vicios y defectos propios. Pero en el resto del barrio (Brasil, Uruguay), el riesgo país mostró subas apenas marginales. En rigor, con el UST10 cayendo debajo de 2%, es probable que –en términos netos- el costo de financiamiento brasileño y uruguayo haya caído.

    Puesto de otra manera: en el actual escenario financiero global conviven un aumento ulterior de la hiper-liquidez y un repunte de la aversión al riesgo. En nuestro caso particular (y por culpa exclusiva de nuestras macanas), el perjuicio del segundo es mayor que el beneficio del primero. No creo que a esto lo debamos llamar “viento de cara”.

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  4. Otra cosita: para ilustrar la dirección del viento comercial, presentás al precio internacional de la soja (CRB). En este caso, tampoco es la referencia màs precisa; en particular por lo que ocurrió en 2008.

    Recordarás que la cosecha de ese año se prevendió en su casi totalidad en la primavera de 2007, porque los exportadores descontaban (con razón) que después de las elecciones vendría un aumento de las retenciones.

    Del país no salió una sola tonelada de soja a los más de US$500 que valía en el otoño de 2008.

    Esto se ve en la serie de precios de los promedios trimestrales de los principales exportables que reporta el INDEC en el ICA, que es la referencia más apropiada. Y, nuevamente, los precios de 2011 aparecen (por lejos) como el techo de la serie.

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