Si gana éste último (ni hablar de si éste último es un Alfonsín), la perspectiva de una concertación de precios y salarios en un contexto de inflación crónica disparará de inmediato un torrente de ansiógenos recuerdos ochentistas digno de Arnold en una de Verhoeven. Si el radical le gana a un Kirchner, al caleidoscopio sensorial se sumará la imagen de Menem chocando contra la pared del voto negativo y -siguiendo una costumbre argentina que cuesta encontrar en otros paises- padeciendo el ostracismo del mariscal de la derrota, y la posibilidad de una oposición peronista renovada y, tal vez, para variar, renovadora.
He aquí el primer catch: para eludir el cul de sac del ballotage, Kirchner podría intentar con un candidato alineado (¿Scioli? ¿Gioja?) que ganara claramente la interna y perdiera honrosamente la nacional, preservándolo a él de la derrota. Pero si el candidato radical no es lo suficientemente popular, o si el alter ego lo es en exceso, el resultado del ballotage podría invertirse (y ya sabemos lo que sucede con los ahijados políticos en el PJ). Si a esto le agregamos el resto de las variables de control del incumbente (adelanto de fecha de elecciones, atraso en la aplicación de la reforma política) y la incertidumbre mencionada sobre las nuevas esperanzas blancas del peronismo, es improbable que la elección de un Kandidato ni muy bueno ni muy malo ocurra antes de fin de año.
El segundo catch se asocia a la estrategia de Francisco de Narváez para lograr los permisos necesarios para una candidatura presidencial. La iniciativa es mirada con frialdad por el más fuerte de los peronistas disidentes en carrera (Eduardo Duhalde: "De Narváez está en su derecho, como cualquier ciudadano, de pedirle a la Corte Suprema que defina. Es lo que tenía que haber hecho de entrada"), con interesado entusiasmo por un insigne representante radical (Ernesto Sanz: “Yo creo que podría estar habilitado, a mi me parece que la Argentina desde que adhirió a convenios internacionales que establecen que los derechos políticos tienen que tener un origen amplio, me parece que podría estar habilitado”) y con característica gracia por los spin doctors oficialistas (Carlos Kunkel: "En Colombia hay un lugar para De Narváez, ahora que la derecha se quedó sin candidato").
Se podría especular (aclaro, especular) con que la suprema decisión de la Corte sea en alguna medida permeable a las manifestaciones populares -por ejemplo, si FDN jugara y ganara las internas, y se instalara como un potencial vencedor de la nacional, obligando al tribunal a deshacer los resultados de las urnas. Una versión de este juego de la gallina con la Corte consistiría en presentar con éxito una acción declarativa de certeza ante un juez federal de primera instancia semanas antes de las internas, y dejar que la Corte se expide con el resultado en la mano (algo que, a juzgar por lo ocurrido con las candidaturas testimoniales, podría demorar incluso hasta después de las elecciones). Pero avanzar sin tener previamente el visto bueno de la Corte no parecería ser el mejor punto de partida para una campaña que prometerá la recuperación institucional del país. Ni siquiera parace ser el más popular.
There was only one catch and that was Catch-22, which specified that a concern for one's safety in the face of dangers that were real and immediate was the process of a rational mind. Orr was crazy and could be grounded. All he had to do was ask; and as soon as he did, he would no longer be crazy and would have to fly more missions. Orr would be crazy to fly more missions and sane if he didn't, but if he was sane he had to fly them. If he flew them he was crazy and didn't have to; but if he didn't want to he was sane and had to.
Sólo por estética, prefiero la cita original:
ResponderEliminar"Okay, let me see if I've got this straight. In order to be grounded, I've got to be crazy, and I must be crazy to be flying, but if I ask to be grounded, that means I'm not crazy anymore and have to keep flying.”
¿"Arnold en una de Verhoeven"? ¿Terminator versus Robocop?
ResponderEliminary que hizo Orr? decidió volar supongo...; buscó una solución al problema?
ResponderEliminarLeé el libro, Pablo. Es una de las mejores novelas que leí en mi vida y la más divertida sin dudas.
ResponderEliminarMiguel, la mía también es original (p. 46 de mi edición).
ResponderEliminarFT: http://www.imdb.com/title/tt0100802/
Pablo: escapa a Suecia. Te daría los detalles pero prefiero no arruinarte el placer de leer el libro (o ver la versión de Mike Nichols y Buck Henry, inferior al libro, pero buena también)
¡Uy, qué golpe duro! Touchée.
ResponderEliminarel golpe duro es que escape a suecia.
ResponderEliminarEstá claro que la pregunta mía era:
ok, estamos ante este "dejavú" de la política argentina. Tenés un radicalismo que no pudo, y un peronismo que es como es. Qué hacés, seguís y estás loco? te negás a la política y sos cuerdo?
O probás de resolver el problema de alguna manera..
Bueh, se fue a Suecia; seguro e feliz, pero no voy a envidiarlo :p
gracias por la ilustración sobre el libro muchachos!
Comenzás contando la historia por el final. Sin embargo no todo está dicho para la primera vuelta. mal que les pese a muchos, Néstor Kirchner aún goza de una alta intención de voto que arrastra por su condición de peronista. Pero supongamos que el candidato es Scioli, candidato del espacio peronista (aunque a muchos no les guste, los peronistas lo aceptan). Tomando en cuenta que tiene una base del 33%. Con la economía desplegando las velas en los próximos 18 meses, no sería descabellado pensar que puedan llegar al 41% (un poquito menos que Cristina). Viendo la composición del abanico opositor, los egos que componen ese entramado no permitirán jamás unir fuerzas en un solo candidato, con lo cual se potencian las posibilidades de que alguno de los candidatos de la oposición alcance el 30%. Así, vualá, ganaría Scioli en primera vuelta. si bien no es descartable que suceda el escenario que planteás (si se llega al ballotage), primero hay que analizar que puede pasar en la primera vuelta.
ResponderEliminarContrariando a la gran mayoría y sobre todo a los medios y a los disidentes que piensan que Scioli sigue siendo Hauser, en mi opinión desde hace mucho tiempo que en realidad es Quaid. Por eso como dice Yaya no hay que descontar una continuidad de la era K conducida por el motonauta.
ResponderEliminarPara la juventud bloggera que no disfrutó de esa joya del cine, acá les dejo una reseña vía la wiki.
Yaya, Mus: No veo la contradiccion de lo que dicen con el post. Lo que planteaba alli era justamente que K enfrentaba el dilema de nombrar un delfin que fuera lo suficientemente fuerte para predominar en el peronismo, y lo suficientemente debil para no ser el proximo presidente. Mi supuesto no es que DOS no gana (de hecho, es bien posible que gane, tanto en primera como en segunda), sino que si gana intentara reagrupar al peronismo distanciandose de K. En el duhaldismo el motto es que ya eligieron candidato una vez y asi les fue; hoy van ellos mismos aunque no tengan chances. Ante el cath al que hace referencia el post, tal vez esta logica prevalezca tambien en las filas K.
ResponderEliminarMus: Kaspar Hauser?
ELY, en el vengador del futuro Hauser es el jefe de seguridad del malo que quiere matar a Arnold, quien se reencarna en Quaid (el bueno que salva el planeta)
ResponderEliminarMi comentario no era para contradecirte sino para marcar que lo que para otros sería el vuelco a la centroderecha del pj, quizás no lo sea tanto.
De acuerdo, DOS es una puerta abierta a muchas infinitas posibilidades (por eso, insisto, es posible que K opte por otro).
ResponderEliminarNo creo que DOS vaya a ser Quaid ni haya sido Hauser(ni siquiera Kaspar, en el que el personaje de la pelicula esta inspirado).