Un nota pergeñada por una de las mentes brillantes de la BEA con nimio aporte de este escriba, sostiene que "el gobierno parece convencido de que el INDEC subestima la inflación menos de lo que opinan los consultores privados, y estaría satisfecho con estabilizar el tipo de cambio real 'oficial', algo que, en el contexto internacional de un dólar estable, se traduciría en una devaluación igual a la inflación reportada más unos pocos puntos porcentuales. En este sentido, esperaríamos una devaluación de 10-12% para el año que, paradójicamente, frente a una inflación proyectada en 20-25, obraría de ancla nominal, a expensas de una apreciación real más pronunciada."
Esta regla sencilla ubicaría los pronósticos de tipo de cambio a fin de año justo en el medio de un espectro crecientemente disperso (desde el optimismo panglossiano de los operadores financieros que desestiman problemas de competividad apuntando al superávit comercial, hasta el pesimismo de quienes se preguntan cuanta más apreciación se banca un país que ya paga suculentos subsidios para mantener algunos precios artificialmente bajos).
Por ejemplo, si el tipo de cambio de fin de 2009 fue de 3.80, un 10% de depreciación daría 4.18 en diciembre 2010, curiosamente en linea con el mercado de forwards (mercado que, de todos modos, suele reflejar más el ciclo agrícola que las expectativas de devaluación de mediano plazo).
Según la regla del Indek + algo, la inflación afectaría la velocidad de apreciación de dos maneras (o sea, de manera doble): una inflación más alta llevaría a un "algo" más bajo para compensar, acelerando la apreciación tanto por el numerador como por el denominador. Lo mismo que durante el conflicto con el campo, cuando el BCRA "castigó" la corrida pisando el dólar mientras la inflación se aceleraba.
Es posible, como piensan algunos que esta política de ancla cambiaria tenga margen hasta fines de 2011. Más difícil es pensar en que margen le restará al gobierno que asuma entonces, con un peso real entre 25% y 30% más apreciado en relación al dólar.
ELY:
ResponderEliminarPregunta un tanto trivial quizás.
Atento a que la inflación es el principal problema económico que debería atender el Gobierno en la actualidad (vos lo dijiste en una nota por enero de este año, si mal no recuerdo), un plan en ese sentido implicaría un dólar más abajo que el del periodo 2003 - 2007 o podría dejarse en un nivel parecido a ese (nominal $3, real $2,26, según Olivera)? Qué esquema te gustaría más?
Dicho sea de paso, gran aporte el tuyo a la BEA, saludos.
Te respondo breve, a cuenta de una respuesta mas seria.
ResponderEliminarFrenar el dolar en 3.90, donde esta ahora, generaria una apreciacion real del 20-25% en un año, a mi juicio innecesaria y peligrosa. Nadie sabe cuanta apreciacion aguanta el supravit externo (pregunta acuciante si las hay), y no me refiero a la soja sino a manufacturas y sobre todo importaciones. Pero por otro lado pensar que con fijar el dolar solucionas el problema monetario y fiscal es de una ingenuidad mesianica. A estas alturas, como decia en la nota a la que te referis, solo bajarias la inflacion con un plan concertado y con el timing correcto: reforma del indec, nuevo IPC, metas indicativas de inflacion, y acuerdo de precios y salarios que incorpore una desaceleracion del gasto y una politica monetaria menos complaciente. Todo lo cual requiere reconocer que el problema excede la remarcacion de unos pocos formadores de precios. En este marco, el tipo de cambio puede ayudar como ancla adicional.
Pero cargarle toda la tarea al tipo de cambio sin hacer los deberes solo aceleraria la perdida del ancla nominal remanente: el superavit comercial.
Clarísimo. Gracias por la respuesta.
ResponderEliminarSaludos.